Por la misma fecha en la que escribí las líneas sobre nuestros cinco hermanos presos en cárceles del imperio, vertí algunas ideas sobre uno de los hombres más grandes del pasado siglo: Ernesto Guevara de la Serna, Che. Sigue leyendo →
El texto que sigue a continuación fue algo que escribí en el año 2004 y, aunque demorado, creo que ni muerto me perdonaría no compartirlo, no ya por el aquello de creerme el poeta que no soy, sino porque estas palabras recogen el modo de sentir de millones de cubanos.
Una vez más, pido disculpas a los 5 héroes y sus familiares por la indeseada tardanza, aunque sé (porque ellos lo han declarado) que los dos que ya tenemos en casa también se sienten presos, sentimiento que desaparecerá cuando se junte «la mano».
Como uno.
Saltó el imperio impotente y arrogante
sobre las furias serenas
de cinco que en la hora buena
no mudaron el semblante. Sigue leyendo →
El título viene de aquella acción que ejecutamos cuando se inaugura algo nuevo y, en este caso, son las primeras líneas que añadiré a este blog, que es mi blog, digo, tu blog, el blog de nosotros y mi blog (el burro atrás…, en el que podemos opinar, discutir o comentar sobre cualquier tópico de la realidad cubana, latinoamericana o del mundo, sin que nadie deba sentirse discriminado por creencias, color, sexo, inclinaciones políticas o ¿apolíticas? con el objetivo de hacer más Revolución, repito MÁS REVOLUCIÓN, no otra revolución ni una revolución dentro de la revolución, porque esos últimos términos con frecuencia (y siempre para mal) tienden a confundir.
Esta es nuestra Revolución y es a ella a la que queremos engrandecer y enriquecer.
Lo anterior no excluye que se pueda disentir de una opinión, criterio, medida o ley, porque, al final, lo bueno que tiene esto es que, en contra de parloteos e intenciones de calibrarnos, nosotros no estamos clonados (de veras nos hacen falta algunos pares de clones especiales, aunque tuvieramos que disentir de las opiniones del Vaticano y algún que otro pesudopulcro)y por ello podemos opinar diferente.
El criterio de publicación es sencillo: la verdad. La herramienta para establecer la veracidad: el sentido común.
De más está decir que no nos haremos eco de chismes, alarmas o de la asquerosa verborrea pagada por el imperio y recitada cual catecismo por algún que otro vende patria.
Si desea discutir u opinar «La mala palabra» es suya, si desea agredir, entonces usted recibirá la mala palabra.