El albedrío de Tania o el desparpajo del Sexto, digo, Cesto. #Cuba #YoTambienExijoMas

Por Felix Edmundo Díaz @feddefe*

Desde hace algunos años, ante los ojos de millones de seres de este planeta, se viene produciendo uno de los escamoteos más escandalosos de nuestros tiempos, me refiero al “secuestro del término ‘libertad’”.

¿Qué significa libertad? Bueno una de las aserciones reza: Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres. (Extraída directamente del DRAE de Microsoft Encarta).

Si asumimos que la precitada enciclopedia tiene una educación tan rígida como aquella que obligaba a los zurdos a escribir con la derecha, debemos entender que lo allí plasmado nunca batea para el left field, entonces el expuesto significado de ‘libertad’ ha de quedarnos como cinturón de castidad unisex y talla única.

En el título de estas líneas, la fórmula que se antepone a la conjunción disyuntiva o, o sea El albedrío de Tania… persigue dirigir la atención sobre una mujer nombrada Tania, pero no una Tania cualquiera, bueno en realidad es una cualquiera, pero se apellida Bruguera y ahora – desde hace unos días – es súperfamosa y súpersensible y súperartista plástica (no sé si por sus virtudes y dones o por el nivel de derivados de las celulosas, proteínas y resinas).

A esta señora se le antojó que podía hacer en este país lo que le viniera en ganas y descubrió que ello no le era posible, pero como la facultad de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes también impera en este archipiélago, ahora la plástica está sujeta a un proceso penal y no puede viajar al exterior, creo que leyes similares existen en todos los países del globo terráqueo, aunque es cierto que, en algunos, por la mitad de lo que hizo o dijo ya estuviera guardada a la sombra o peor.

Pero Tania no te amilanes, ya habrán otros eventos en los que puedas participar antes de que te envíen a la recycle bin, mientras, después que resuelvas tus asuntos legales (penales) en Cuba, regresa a NYC, donde resides, te llegas a la base del WTC y haz tu perfomance allí… ah! Recuerda llevar careta y peto porque el NYPD te va a dar una lección de libertad de expresión a la americana… para que no confundas libertad con libertinaje o libre albedrío.

En lo relacionado a ese que se hace llamar El Sexto ni me detendré a tratar de entender el porqué del sobrenombre, apodo o mote, ya que la moda y la “necesidad de proyección” han obligado a algunas personas a atribuirse a sí mismo apelativos, que, por carencia de virtudes, a nadie (léase especialistas o pueblo) se le ocurriría destacarlos, de ahí que tengamos a Divas que no son Diva, Teacher que no enseñan nada y contando hasta que aparece este autoproclamándose El Sexto y dedicándose a hacer grafitis, sin pensar en el precitado significado de la palabra libertad.

Teniendo en cuenta las limitaciones idiomáticas de este sujeto, seré muy breve y para no complicarle la existencia le regalaré una reflexión basada en un supuesto (ya empecé a joderlo…)

Si yo tuviera los recursos (este es el supuesto) le regalaría a esta persona el pasaporte, la visa y el pasaje de ida y vuelta a los Estados Unidos (si no quiere regresar no importa, que se quede con el reembolso de la diferencia) y como sus inclinaciones son a los números y los grafitis (pinturas, tatuajes, etc.), le resolvería una semana con los gastos pagados en una ‘clica’ de MS–13 (Mara Salvatrucha), donde tendría todas las libertades deseadas, se haría la keratina, la manicure, las pestañas postizas y, quizá, terminara siendo La Mamita del grupo, y le ampliarían tanto la capacidad que la llamarían La Sixtina.

En caso de que este no quiera aceptar compartir con tan selecto grupo, estaría dispuesto a pagarle por cada día que pase “en el revuelto y brutal” sin que los agentes del orden le den cuatro palos. La única condición que le exigiría es que camine por la calle (cualquiera) durante 30 minutos… estoy convencido que me saldría barato, porque lo matan a palos, o regresa pronto (ojalá y no) o no sale a la calle, con lo que estaría “preso en su libertad”.

Ah! y cuando quieras agredir a alguien, al menos ten el valor de hacerlo con aquel que puede responder a tu agresión.

*Editor del blog La Mala Palabra

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