Viengsay Valdés: Gigante en el ‘Pas de deux’…
Por Félix Edmundo Díaz @feddefe*
A menudo nos asombramos ante la grandeza de la humildad, sobre todo en estos tiempos en que algunos deambulan con valores trastocados.
El chapter two de “Con dos…” nos regaló la presencia de la asombrosa Viengsay, esa bailarina de dotes excepcionales, la lectura de cuyos vuelos y movimientos logra motivar al más neófito de los espectadores (apuntado el autor con el número uno de esa lista y, créanme, no es modestia, sino la pura verdad).
Y como reconozco mi ignorancia me cuesta hablar (escribir) de la bailarina, por ello he decidido hablar (escribir) de la persona.
La Viengsay de hace dos noches es la que menos se conoce públicamente, de ahí que su
presentación en el programa, la sencillez de su discurso, en correspondencia lineal con su look, y la honestidad de sus respuestas hayan permitido apreciar la grandeza extrema que reside en la humildad.
Lástima que Amaury Pérez siempre ‘sienta’ la necesidad de reiterar una interpelación, cuyo know how pertenece al simpar Luis Báez (ver ‘Los que se fueron’ y ‘Los que se quedaron’), sin detenerse a pensar (imagino que rumie el cuestionario de cada entrevista) que existen ‘preguntas’ que a algunas personas les quedan chicas, salvo que ‘el deseo’ de formularlas este sucedido de la necesidad de apostillar después el ‘yo también soy un patriota’.
Alicia, Fernando, Loipa, Aurora, Mirtha, Josefina, Viengsay y Carlos (Acosta), entre otros, son el resultado de la fragua de la cubanía y los sentimientos más puros y limpios de la Revolución, sus vidas y obra han sido tan transparentes como firmes sus pasos en la danza y definiciones (sin margen a las dudas) junto al pueblo cubano.
Ellos son de los que no piden limosnas, porque once millones (mucho más que dos) siempre velan y piden por su salud y bienestar… tamaña riqueza es envidiable.
¡Gracias Viengsay!
*Editor del blog La Mala Palabra