Por Félix Edmundo Díaz @feddefe*
Mr. President, como te habrás enterado ayer sostuvimos (los representantes de mi país y los de tu régimen) la planificada ronda de conversaciones sobre el ‘llevado y traído’ tema de los DDHH y no pasó na’.
¿De verdad te creíste que nos quedaríamos de brazos cruzados? ¿Pensaste que no íbamos a ‘bombardearlos’ con las cárceles secretas, los secuestros, las torturas, los asesinatos selectivos, los drones asesinos que causan más bajas colaterales entre mujeres, niños y ancianos, que en las ‘filas enemigas’, los crímenes de odio que cometen los oficiales del orden contra los jóvenes afroamericanos y las violaciones de la privacidad de los ciudadanos con el programa PRISM (soportado en la infraestructura de Echelon, fíjate hasta dónde llega la complicidad que Microsoft Word no reconoce el término Echelon)? ¿Ni en tus peores pesadillas lograste imaginar que te preguntaríamos por los homeless, por los desempleados, por los inexistentes sindicatos, por los marginados que no tienen acceso a la educación ni al Medicare o el Medicaid?.
Mr. President, hay que ser un imbécil en grado superlativo para creer que podían escapar al escrutinio de nuestros representantes y, a la vez, desfachatadamente obsceno para insistir en hablar con Cuba sobre DDHH.
No puedo imaginar la cara de Malinowski (¿Será pariente de Bronislaw de igual apellido, célebre antropólogo que alguna vez colaborara con nuestro Don Fernando Ortiz?), cuando empezaron a ‘dispararle’ la interminable la lista de flagrantes violaciones de los DDHH que todos los días, escucha bien todos los días, se comenten en tu propio país y en el planeta en nombre de la democracia, los derechos civiles y de los intereses de la seguridad nacional de los EEUU.
Bro, nosotros no somos mudos, llevamos más de cincuenta años ‘cantándoles las cuarenta’ a los sucesivos gobiernos de tu país que, desde 1959, han invertido miles de millones de dólares en destruirnos, lo que no lograron, y tú te creíste que desaprovecharíamos la oportunidad de hacerlo face to face. ¿De quién habló o por quién pidió Malinowski? Desearía, aunque dudo que haya sido así, que hubiera tenido el sentido común de no embarrarse de los mercenarios que, cuales Judas modernos, han optado por traicionar a la tierra que los vio nacer por cuatro pesos, me da igual si son cuatro o cuatrocientos mil, ya que las personas con esa capacidad de genuflexión y servilismo son peores que las putas, al menos estas no venden su alma; si Mr. Malinowski habló en nombre de los que están presos, te sugiero que quites eso del guión, porque para la próxima podemos ir a por más, y ustedes tienen a más de una buena hija y un buen hijo de esta Tierra pudriéndose en sus cárceles por el solo hecho de no aceptar las hijeputadas que los gobiernos de tu país, incluido el tuyo, le han hecho a millones de seres de este mundo.
Mr. President, por fin me vas a contar qué coño te puso el cirujano estético en la jeta. ¿Fue un implante de teflón o de kevlar? o ¿La cara de concreto tuya es natural?
*Editor del blog La Mala Palabra