Por Felix Edmundo Díaz *
Salvo la saga de ‘Mr. President’, no he sido dado a segundas o terceras partes de los artículos, pero las excepciones existen y decidí ampliar sobre el tema, a partir de una entrevista del profe Walter Martínez (Dossier) a un especialista ruso en temas políticos o lo que sea.
Ahora todos quieren ser especialistas de algo y aparecen los politólogos de cualquier categoría, y este sesudo hizo una parábola entre lo sucedido, en la década de los noventa (resultado de los errores de los cincuenta, los sesenta, los setenta y los ochenta, además del ‘precioso’ trabajo de la maquinaria imperial de subversión), en los países socialistas de Europa del Este y la propia URSS, y lo que, a su juicio, ocurriría en Cuba.
El ‘científico’ explica cómo entre las edades de 15 y 25 años, los patrones de los jóvenes latinoamericanos son los de los jóvenes norteamericanos y que por esa vía todo conduciría al descalabro del socialismo, tal como sucediera en el otrora campo socialista con sus jóvenes. Lástima que el cara’eculo este no se percatara que los dirigentes de esos países dejaron escapar todas las oportunidades para exaltar con hechos reales y no mera propaganda de modas (autos, jeans, zapatos, relojes y perfumes) las proezas de los jóvenes de su país, esos que los representaron en las Olimpíadas, los eventos de carácter mundial en deportes y ciencias, esos que construyeron la línea férrea Baikal – Amur, los que levantaron el muro de Berlín en un día (a mi juicio un error), los que cumplieron misiones internacionalistas y dieron sus vidas; y esos dirigentes malgastaron sus tiempos denostando a la juventud, criticándola por ser diferentes y rebeldes (negando per se la condición de ser jóvenes) y se alejaron de ellos, con un resultado que no podía ser otro que, en un solo día, los jóvenes de los noventa derribaran el Muro de Berlín.
En Cuba los jóvenes escuchan la música que les gusta, ya sea rap, rock, pop, reggaetón, trova, nueva trova o fusión, cantan, piensan y sienten con Silvio Rodríguez y Buena Fe, ‘ligan’ jevitas con 1D (pa’ los tembas como yo: One Direction), llenan una plaza para bailar y cantar como para protestar contra las injusticias del mundo, y ese sentimiento de rebeldía, de solidaridad, de firmeza de los jóvenes cubanos, siempre ha sido respetado por los dirigentes, los que hicieron la Revolución, los que siempre se han mantenido cercanos a sus preocupaciones, necesidades e inquietudes, con menos satisfacciones materiales que las deseadas, pero con tanto amor como el que pudieran recibir de sus padres.
Y ni una ni mil embajadas norteamericanas en Cuba, lograrán cambiar eso.
El cubano que ayer (1963) fue dispuesto a dar su vida por Argelia, después lo hizo por varios pueblos africanos, más tarde envió médicos y maestros a todos los confines del mundo y hoy lo sigue haciendo, quienes fueron a vencer o morir en la lucha contra el Ébola fueron jóvenes de hoy, y vencieron.
Están cambiando las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, mientras y después, y dentro de otros 100 años si ellos siguen siendo un Imperio, nosotros seremos la ‘espina atravesada en la garganta’ o ‘un grano en culo’, vaya que seguiremos aquí luchando por las causas justas.
Por eso, para todos los cubanos y hermanos de cualquier latitud un solo grito:
¡Cerremos la muralla!
*@feddefe Editor del blog La Mala Palabra
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