En TV, algunos cabrones se empeñan en tocarme las entrañas. #Cuba

 Por Félix Edmundo Díaz @feddefe

He tenido un fin de semana fatídico que empezó tras terminar de trabajar el sábado (sí, de hecho, algunos trabajamos los sábados y los domingos) y, en mi caso, me correspondió llevar a la mascota a que la viera una amiga veterinaria, ya que la perrita (sata por más datos) tiene una pata lesionada, a ello súmale recoger a un plomero amigo de la familia (léase precios ajustados), devolver al plomero a su casa, tratar de hacerle una cura a la computadora que contrajo un virus de nosedóndecarajo o mejor dicho por culpa de mi hijo menor, quien en sus casi dieciocho es el que carga con todas las culpas, y, para colmo de males, la family le dice el vampiro, ya que duerme por el día y sale por la madrugada, como para tener a todos en vilo, bueno, a casi todos porque Sandra, también conocida por Jany, o sea la mascota de la casa, duerme toda la noche.

Y usted dirá: ¿Qué me importa tu fin de semana si el mío fue catastrófico? Y le doy la razón: su problema es el problema más grande del mundo, al menos eso es lo que les digo a amigos y conocidos, ya que a veces la velocidad de nuestras vidas, nuestros problemas y preocupaciones nos absorben de manera tal que nos impide ver que otros están peor.

Pero, en realidad, estas vicisitudes domésticas no fueron las que me jodieron el fin de semana, lo realmente inadmisible es que alguien pretenda infestar mi tranquilidad y la suya, y la de millones de cubanos trabajadores, disfrazado de un muñeco al que nombraron Mickey Valdés y pasearon, como parete del Lucasnómetro de Verano por el teatro Karl Max, salvo que nuestro cubanísimo Valdés, al que ahorita le celebramos su 45 cumpleaños, se nombra Elpidio y nada tiene que ver con el personaje de Disney.

Lastima que Luis Silva a quien he admirado siempre por su profesionalidad se plegara, permitiera o asumiera la procedencia de tal inclusión, máxime cuando no será posible clonación alguna (ni real, ni ficticia) entre gringos y cubanos, mientras exista el imperialismo o mientras exista la Revolución que, nadie lo dude, llegó para quedarse, lo que significa que si alguien tiene que mudarse a otro planeta, ese alguien no seremos nosotros.

Soy enemigo de la censura estúpida o de las traducciones innecesarias de las que a veces hace gala nuestra televisión para ofertarnos ya fría alguna noticia foránea, que nos sirven peligrosamente edulcorada y a cucharadas como sucedió hace unos días con el discurso, en Miami, de Hillary Rodhmam Clinton, candidata por el Partido Demócrata a la Presidencia de USA; pero soy igualmente contrario a las producciones nacionales que, desde ya y no por falta de alerta, comienzan el coqueteo con el enemigo más grande de la humanidad y, particularmente, de Cuba. Algo debe quedar claro: Los norteamericanos y los cubanos no somos buenos vecinos, ni que decir amigos, ya que defendemos posiciones y valores ideológicamente contrarios y el cubano que pretenda acercarnos con lenguajes, símbolos y gestos aparentemente dulces o conciliadores es simple y llanamente un traidor o, cuando menos, el ser más idiota que madre haya parido.

Y como las desgracias no vienen solas, el domingo, a las 6:30 pm, sintonicé A otro con ese cuento, propuesta que, en alguna medida, suele ser medianamente refrescante y cuál sería mi sorpresa cuando, previo al momento de los tablazos, ese que escogen para enviar saludos a los fans del programa, escuché a una de las conductoras enviar saludos a Fulanita y Menganita en Miami, coño parece que a esta muchacha no le bastó que el Estado Cubano invirtiera para crear las zonas de cobertura de la señal Wi-Fi (proceso que debe extenderse progresivamente) y se autoconcedió el derecho de usar la señal de la televisión nacional para enviar sus estimaciones a conocidos en Miami…, y me pregunto ¿Cómo ven el programa en Miami? Se lo estamos mandando en un Paquete… En resumen, si la señorita no tiene dinero para comprar una tarjeta Nauta, mi consejo es que la putee o la pida prestada, pero que no me gaste mis minutos de TV en sus asuntos…, o para no ser rígido, si quiere mandar saludos, puede hacerlo, en mi nombre o en nombre del pueblo de Cuba, a las decenas de miles de médicos, profesores, entrenadores y especialistas cubanos que prestan sus servicios lejos de la Patria para llevar salud, letras y futuro a los lugares más recónditos del Planeta.

El inmenso Ernest Hemingway tomó el título de su magistral ‘¿Por quién doblan las campanas?’  de la «Meditación XVII» de Devotions Upon Emergent Occasions, obra del poeta metafísico John Donne, quien hace poco menos de 400 años escribió:

“Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.”

Esta es mi bronca y tu bronca, y la de él y ella, y la de todos los cubanos que luchamos por preservar la Revolución, y no podemos permitir que un grupito de ególatras aduladores de los neones y las lentejuelas se empeñe en tocarme, digo, tocarnos los coj….

*Editor de La Mala Palabra.

5 comentarios en “En TV, algunos cabrones se empeñan en tocarme las entrañas. #Cuba

  1. Pues mira te vas a tener que conformar con las muestras de amistad con el vecino, usted no tiene el derecho a cuestionar los sentimientos de reconciliación de los demás, cada cual piensa como le da la gana., si la mitad de Cuba esta en el exilio!!!!!y eso de que alguien pretenda infestar mi tranquilidad….es lo más egoísta y yoista que he oído en los últimos tiempos ,,,,claro!!!!!si no fuera tan ridículo….prepara antibióticos, antiparasitarios.antifúngicos, porque hay tremendo aquelarre de infecciones, según su punto de vista.

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    • Discúlpame si no entendiste el mensaje… una cosa son los sentimientos filiares que pueden existir entre las personas, amén de la cercanía geográfica o no, y otra es aprovecharse de oportunidades para satisfacer deseos personales, cuando existen medios para trasmitir esos sentimientos a costa de tu propio bolsillo, vaya que si lo desea puede publicarles un anuncio en el Time, solo tiene que pagar por el deseo…, otro asunto es no saber ni pitoche de matemáticas, ya que fuera de Cuba ni por asomo vive la otra mitad de los cubanos y no es que la cantidad sea más o menos representativa, por lo demás gozo de buena salud y estoy preparado para inmunizar a todos aquellos que en posiciones incómodas comienzan a caminar de reversa. De todos modos gracias por su comentario.

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  2. «…. y el cubano que pretenda acercarnos con lenguajes, símbolos y gestos aparentemente dulces o conciliadores es simple y llanamente un traidor o, cuando menos, el ser más idiota que madre haya parido…..»

    HAY QUE TENER MUCHO CUIDADITO CON LO QUE SE DICE, YO CREO QUE NOS ESTAN ACERCANDO DESDE EL GOBIERNO

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  3. Evidentemente ninguna de esta gente entendió lo que quisiste decir con el artículo. Pero bueno… déjalos estar que las puertas se cierran casi siempre sobre partes blandas del cuerpo humano situadas en la zona posterior del cuerpo, donde la espalda pierde su nombre y comienza a llamarse diferente. Yo estoy con Félix: «el bloguero oficialista» jajajajajajajajajajajajajaj

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