Ay, Obama, Obama… (XV) o La receta de #Obama. #Cuba

 Por Félix Edmundo Díaz

Han pasado varios días desde que Mr. President concluyó la visita-“consulta médica” a mi país (Cuba) y, sin que nadie se lo pidiera, nos recetó su “prodigiosa medicina de la prosperidad y el desarrollo”: Cuba tiene que cambiar, los cambios los hará el pueblo cubano, con el empuje de los jóvenes emprendedores, a los que daremos clases de liderazgo y gerencia de negocios privados en la aberrante formula del “yo, mi familia y yo”, y después los demás, también, estarán bien…, y rezaremos un Ave María por la defunción del Socialismo y comenzaremos a cantarle Happy Birthday a la economía de mercado…

A fuer de ser honesto, me obligué, por aquello de La dosis exacta y “no se automedique”, a buscar información sobre la “mágica pócima” de Mr. President y descubrí que no era un “brebaje curandero” de su abuela africana, sino una potentísima medicina, creada hace 53 por Allen W. Dulles, norteamericano, genéticamente HP y fundador de la madre de la CIA, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, por sus siglas en Inglés), y la propia CIA, de la que fue su director por más de 8 años hasta que Kennedy le dio una patada por el culo por el desastre de Bahía de Cochinos, léase derrota en Playa Girón; no obstante, tras la muerte de JFK, Lyndon B. Johnson lo convocó para, convenientemente, participar en la investigación del magnicidio (Comisión Warren), cuya conclusión es un delito imposible: Lee Harvey Oswald fue el único tirador…

Por más de 21 años de su vida, Allen W. Dulles desarrolló, estructuró y planificó decenas de operaciones y proyectos de espionaje, atentados, investigación e inteligencia, incluyendo los golpes de estado en Guatemala e Irán, y en 1963 escribió el libro “El Arte de la Inteligencia” (The Craft of Intelligence”), en el que diseña el tratamiento que el gobierno norteamericano debía darle a la, entonces, Unión Soviética, mismo que, hoy, Mr. President, tras cambiarle la etiqueta de las contraindicaciones y efectos secundarios, y ponerle un embalaje “más bonito”, Internet mediante, nos quiere recetar…, mas para no aburrirlos con mis consideraciones, les dejo “al duro y sin guantes” con Mr. Dulles y su brebaje:

Fragmentos del libro “El Arte de la Inteligencia”…

“Los Estados Unidos poseen el 50% de la riqueza del mundo, pero sólo el 6% de su población… En tales condiciones, es imposible evitar que la gente nos envidie. Nuestra auténtica tarea consiste en mantener esta posición de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de dejarnos de objetivos vagos y poco realistas como los derechos humanos, la mejora de los niveles de vida y la democratización”.

“Pronto llegará el día en que tendremos que funcionar con conceptos directos de poder. Cuantas menos bobadas idealistas dificulten nuestra tarea, mejor nos irá…”

“Sembrando el caos en la Unión Soviética, sin que sea percibido, sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia. Episodio tras episodio se va a representar por sus proporciones una grandiosa tragedia, la de la muerte del más irreducible pueblo en la tierra, la tragedia de la definitiva e irreversible extinción de su autoconciencia.

“De la literatura y el arte, por ejemplo, haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que se desarrollan en el interior de la sociedad. La literatura, el cine, y el teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos”.

“Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad”.

“En la dirección del Estado, crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, el alcoholismo, la drogadicción y el miedo irracional entre semejantes”.

” …Gracias a su diversificado sistema propagandístico, Estados Unidos debe imponerle su visión, estilo de vida e intereses particulares al resto del mundo, en un contexto internacional donde nuestras grandes corporaciones transnacionales contarán siempre con el despliegue inmediato de las fuerzas armadas, en cualquier zona, sin que le asista a ninguno de los países agredidos el derecho natural a defenderse.

«La traición, el nacionalismo, la enemistad entre los pueblos, y ante todo el odio al pueblo ruso, todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor.”

“Sólo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos”.

“Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos.”

”…Debemos lograr que los agredidos nos reciban con los brazos abiertos, pero estamos hablando de ciencia, de una ciencia para ganar en un nuevo escenario la mente de los hombres. Antes que los portaaviones y los misiles, llegan los símbolos, los que venderemos como universales, glamurosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y la felicidad ilimitada”.

“El objetivo final de la estrategia a escala planetaria, es derrotar en el terreno de las ideas las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos”.

Cualquiera podría pensar que es un invento mío, otra más de las teorías de la conspiración, etc., por ello decidí “ponerle cara” (carátula) a “la receta” y alertar, además, que dicho plan funcionó con la precisión de un mecanismo de relojería made in Swiss, aunque todo fue creado y ensamblado por el gobierno de los Estados Unidos, en alianza con los servicios de inteligencia de las potencias imperialistas.

Mr. President Barack Hussein Obama II no es hermano, amigo o bueno, pues desea lo mismo y es tan hijo’eputa como todos los que le antecedieron en la Oficina Oval: acabar con la Revolución Cubana; ello nos obliga a informar y explicar a nuestros compatriotas que esa es una sacrosanta verdad, pero no la única… la otra es pensar que “la receta” no va a funcionar con nosotros o que, por sí solos, podemos ser inmunes a los efectos de esa aberrante maquinaria, este sería un error al que no sobreviviríamos.

1ro de abril de 2016.

*Editor de La Mala Palabra

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