Por Fecolma*
¿Con qué comparar a Fidel? ¿Qué es? ¡Qué misterio!
Cuando se me desmayó (no hay un revolucionario que con Fidel no se le desborde el egoísmo), al desafiar el imperio para reclamar 5 hijos de esta patria, no lo niego…
Cuando se me cayó en Santa Clara,…
Cuando se me enfermó en el 2006,…
Los revolucionarios, no tenemos palabras para explicar, qué sentimos.
A las 00:00 hrs, del 26 de noviembre, estaba frente al televisor.
Con Fidel, aprendí que la mentira es transparente, la verdad: una muralla. Raúl nunca nos ha mentido, jamás nos mentirá. Cuanto hubiera querido, que la hidalguía con que asumió compartirnos el más terrible de los golpes que nos ha tocado, fuese mentira.
Nunca entenderé el misterio de Fidel.
Con Karla y Kamila, siempre he compartido mi tranquilidad, para dar mi vida por Fidel y por Raúl, para que este día no llegara. ¡Ellos son los que deben vivir!
Mis hijas sufren tu partida. Tienen 10 y 16 años. Apenas dos niñas. En Caimito de Hanábana Martí, con 9 años, sufrió ante el dolor.
6 de la mañana. Me llama mi esposa ahogada en llanto compartido con mis niñas, para consolarnos y contármelo.
Voy a Martí con 14 años: “Porque a mí no me extrañaría defendiendo mañana las libertades de tu tierra”. Eso me dice la consternación de Karla y Kamila. Llego a Fidel. “Novio de todas las niñas que tienen el sueño recto”.
…negras, Fidel.
Te debo mi felicidad.
¡Gracias Fidel!
27 de noviembre de 2016.
*Colaborador de La Mala Palabra.
[…] Por Fecolma* […]
Me gustaMe gusta