Por Félix Edmundo Díaz @feddefe1917*
Ayer, en el periódico Granma, leí el artículo de Rubén Remigio Ferro, Presidente del Tribunal Supremo Popular, en el que aborda, entre otros temas, dos de las ‘nuevas’ inclusiones al proyecto de Constitución de la República de Cuba: el derecho de los ciudadanos a demandar a órganos del Estado, directivos, funcionarios y empleados por Daños y Perjuicios, y el del procedimiento de habeas corpus.
El entrecomillado de la palabra ‘nuevas’ es para significar que, ahora, se proponen incluir en la Carta Magna, aunque siempre han existido.
Como expone el presidente del TSP, en el caso del habeas corpus, ello «brindará mayor jerarquía normativa a una práctica ya existente en el orden jurisdiccional del país», o sea, dicho «en cubano», está normado y se aplica.
Pero mi mente, curiosamente, quedó atrapada en el primer tópico, entiéndase, en el asunto relacionado con el derecho de los ciudadanos a reclamar, ante los tribunales, por los daños y perjuicios ocasionados por entidades estatales, directivos, etc., etc., etc.
Me explico, hace casi 20 años, conversando con un operador del Derecho, cuyo nombre por ética omito, le comenté: nuestro país y su gente están protegidos de los enemigos externos e internos, cuentan con las Fuerzas Armadas Revolucionarias entrenadas, fogueadas y victoriosas, lo que es reconocido a nivel mundial; también con un Ministerio del Interior fraguado en la lucha contra los delitos contrarrevolucionarios y los comunes, y, aunque la expectiva para los últimos ilícitos no siempre quede satisfecha, sus hombres y mujeres dan todo de sí para preservar el orden interior y la tranquilidad ciudadana.
Y le pregunté: ¿Quién defiende a los ciudadanos de las indolencias, las irresponsabilidades, las chapucerías que, a diario, cometen directivos, funcionarios, etc., etc., etc.?
Acto seguido, le respondí: Nadie, absolutamente nadie. La Revolución que tanta sangre y sudor costó estaba indefensa ante este ‘estamento’ tan perjudicial, y continué con otra pregunta: ¿Por qué no permitimos que las personas puedan demandarlos?
Su respuesta fue inmediata: ¡Eso sería como destapar la Caja de Pandora!, y le espeté: ¡Bueno, pues que salgan los demonios! Mientras que no lo hagamos continuará la indolencia, la chapucería y el maltrato, tampoco me digas que no está legislado, porque Cuba, nosotros, no inventamos nada nuevo para demandar, muy justamente, a los Estados Unidos de América por los daños y perjuicios deribados del #BloqueoCriminalACuba, exigiendo una multimillonaria suma por concepto de indemnización.
Lo que siguió después del ‘rafagazo’ fue un prolongado silencio, tras lo cual nos estrechamos las manos y me retiré más convencido de la necesidad de que se implementara dicho reclamo.
Pero todavía pasaron muchos años hasta hoy, cuando se acerca la posibilidad de que los indolentes, irresponsables y chapuceros rindan cuenta, ante los tribunales, por los daños y perjuicios causados a las personas.
Parece que no hubiera bastado el llamado que hiciera Fidel, en el aula magna de la Universidad de La Habana, el 17/11/2005, cuando sentenció: «Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra».
Es común escuchar a los cubanos quejarse por la carencia de algo, pero de una u otra forma siempre hemos carecido de ‘cosas’ y aún así aquí estamos. Las carencias siempre han sido soportables, lo que ‘envenena’, enfurece y hiere a las personas es la impotencia ante el ‘dejar de hacer’ o ‘el hacer mal de algunos’ que validos de un cargo abusan de él u obligados a prestar un servicio no lo hacen, lo hacen mal y, a veces, extorsionan a aquel que debe ser servido.
Estas son algunas de las cosas que se arreglarán, como decía Fidel «debemos tomar el toro por los cuernos» y que cada quien sea responsable de sus actos y si lo hace mal y ocasiona un perjuicio a cualquier persona que pague por ello.
Ya me extendí demasiado y los ejemplos de los demonios sobran, nuestro pueblo abrirá la Caja de Pandora, pero está vez el primero en salir será Elpis (espíritu de la Esperanza) y después, después que salgan los demonios que los iremos abatiendo uno a uno.
*Editor de La Mala Palabra.