Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
«Fidel viaja al futuro, regresa y nos lo explica…» fue la respuesta de Abdelaziz Buteflika, ante la pregunta del periodista.
Esta y otras, igualmente originales, como: «Fidel oye la yerba crecer» o «Fidel ve lo que pasa al doblar de la esquina» solo nos muestran la antológica capacidad visionaria de Fidel, y es que él siempre se proyecta en los acontecimientos provocando el mágico efecto de que, aun transcurrido el tiempo, sus ideas, sus líneas mantengan la frescura y vigencia de la palabra recién pronunciada.
El 3 de enero de 2004, hace hoy 15 años, en el teatro Karl Marx y con motivo del 45 aniversario de la Revolución, Fidel expresó: «Felicito a todos los que luchan, a los que no desisten jamás ante las dificultades; a los que creen en las capacidades humanas para crear, sembrar y cultivar valores e ideas;… Lucharemos junto a ellos y venceremos.»
Este es un llamado de fe y convicción que conmueve y compulsa permanentemente a no «bajar la guardia», a prepararse para una contienda tan o más difícil que las que libraron los mambises, los clandestinos y los barbudos, porque hoy el enemigo apunta a la juventud o sea a la continuidad de la Revolución en el futuro, y para ello emplea «municiones» más sofisticadas que los «cantos de sirena» descritos por Homero en la Odisea, manteniendo un bombardeo constante de sus mensajes edulcorados sobre «el cambio generacional», «la libertad», «la democracia», «el racismo» y «los derechos humanos» con el fin de sembrar la desunión, el rechazo y la inconformidad.
Pero lo peor no es eso, porque enemigo al fin, con mayor o menor rapidez, siempre se le identifica, lo más urgente es prepararnos para desenmascarar a esos que, disfrazados de revolucionarios y amparados en el derecho de opinar diferente, siempre tienen a flor de labios un «pero», un «eso es muy radical», un «no estamos preparados» o un «Martí o Fidel no lo hubieran hecho así», porque, en su irrespeto y doblez, usan los nombres del Apóstol y el Comandante en Jefe para «justificar» sus posiciones y sembrar la duda.
Es por todo lo anterior, que vuelvo al título de estas líneas: viajar al futuro y contárnoslo, esa era la capacidad de Fidel, la obligación nuestra es volver al pasado no para quedarnos allí, sino para estudiar, beber de nuestras raices, saber de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos, manteniendo siempre frescos el ideario de Martí y Fidel, el ejemplo imperecedero de Maceo y Che, el de todos los que derramaron su sangre y sudor para darnos el presente que tenemos, la fidelidad y consecuencia entre la palabra y la acción de Raúl, en fin para mantener siempre fresca y fuerte a la Revolución.
Hoy somos el futuro al que viajó Fidel y estamos obligados a diseñar, trabajar y luchar para darles a nuestros nietos y a los hijos y nietos de ellos un Socialismo más próspero y sostenible.
Esta será nuestra creación, siembra y cultivo para que las próximas generaciones, volviendo a Martí y a Fidel, recojan la cosecha, y repitan el ciclo de continuidad histórica que defendemos.
*Editor de La Mala Palabra.