Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
Las tres palabras del título no necesitan explicación, para todos los cubanos o, como dice mi amigo Miguel Cruz Suárez, para los «pocos que no y los muchos que sí», está claro que hablo de votar SÍ el próximo 24 de febrero del corriente.
Vale recordar que el voto seguirá siendo secreto y nadie está obligado a explicarlo, pero como estoy haciendo pública mi voluntad para el 24F, quiero compartirles, además, mis motivos.
¿Por qué yo voto SÍ?
Para que ninguna potencia extranjera vuelva a pisotear mi país o exterminar a una parte de la población por su origen o color de piel diferente.
Para que nunca más sean fusilados inocentes estudiantes de medicina o de cualquier nivel, como colofón de la dantesca orgía de un grupo de traidores.
Para que no desaparezcan, sean torturados y asesinados los hijos de este pueblo.
Para que agentes corruptos y sicarios no asesinen a líderes obreros y estudiantiles acá o en el extranjero.
Para que Cuba jamás sea el patio trasero o el prostíbulo de potencia alguna.
Para no tener que partir a la manigua, o pasar otra vez a la clandestinidad o alzarme en la Sierra Maestra como hicieron mis ancestros, no por miedo, sino porque prefiero preservar y proteger el hermoso legado que recibí.
Para asegurar que nadie vuelva a envalentonarse, por pensarse respaldado por una potencia, y pretenda invadirnos de nuevo.
Para que a nadie jamás se le ocurra darle candela a un círculo infantil, sin pensar que pagará por el abominable crimen.
Para vivir con la frente alta y pararme en cualquier tribuna a denunciar las atrocidades del imperio y sus lacayos.
Para continuar multiplicando panes y peces, letras y números, y salud y vida por el mundo.
Para repetir una y otra vez el ciclo de 60 años de victorias.
Alguien preguntará: ¿Pero somos perfectos? y solo puedo responder: No, no lo somos, de hecho nadie lo es, pero si de algo estoy seguro es de que #SomosCuba y por eso #YoVotoSí.
*Editor de La Mala Palabra.