Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
En estos días, es imposible no dolerse con Venezuela y su aguerrido pueblo, que ha soportado el hostigamiento de Estados Unidos y la derecha continental, cuyo clímax fue el autonombramiento de Juan Guaidó como Presidente Encargado.
En su sublime esfuerzo de abstracción, solo puedo imaginar a Guaidó de «encargado» de entregarle el país con sus yacimientos de petróleo, gas, oro y coltrán al vecino del Norte.
Exprofeso omití mencionar a algunos autoproclamados de izquierda, habida cuenta que esos traidores nunca fueron zurdos de verdad y ni aires les daré citando sus nombres.
Los pueblos de este hemisferio conocen perfectamente a sus líderes: a Fidel, Chávez, Evo, Daniel, Lula, Dilma, Raúl, Correa (amén de sus vacaciones), Miguel (#MiPresidente) y Maduro, todos son «zurdos» de corazón y #ElMejorAmigoDeCuba, también de mano, y son esos mismos pueblos los que, ahora, alzan su voz por Venezuela y su presidente Maduro.
El odio a Maduro es visceral, porque, de muy humilde ascendencia , fue obrero, líder obrero, revolucionario, socialista, Ministro de Exteriores, Vicepresidente y después Presidente, dos veces elegido legítimamente por el pueblo venezolano.
Pero lo que más le duele al imperio y sus lacayos es su extraordinaria lealtad, su inmenso compromiso con la obra de Fidel y Chávez, su profundo amor por Cuba y Venezuela y la entrega total a la defensa del proyecto bolivariano.
Estos son «los argumentos» para asfixiar al pueblo, para tratar de mellar la unidad monolítica del pueblo con la FANB y para atentar contra Maduro, porque Estados Unidos y la derecha rancia y reaccionaria de este hemisferio lo que no le perdonan es su fidelidad.
#¡VenezuelaVencerá! y #¡MaduroNoSeVa!
*Editor de La Mala Palabra.