
Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
El mundo despertó hoy con la amenaza manifiesta de una nueva guerra en este hemisferio, cuando, con su acostumbrada desfachatez, el cretino que ocupa la silla en la Oficina Oval, a la pregunta de la periodista Margaret Brennan sobre las razones que harían al presidente «usar al Ejército de EE.UU. en Venezuela», este respondió: «Bueno, no quiero hablar de ello. Pero ciertamente […] es una opción».
Hay que ser un imbécil redomado para pensar que puede pintar una «primavera árabe» en Venezuela sin consecuencias para el Norte, o creer que los Tomahawk y las «bombas inteligentes» llevan nombres y apellidos porque es más ¿fácil? esputar la justificación de «bajas colaterales».
La anunciada y ciertamente probable agresión militar a Venezuela será no solo el peor error el imperio en este siglo, sino también el más nítido ejemplo de que la lucha armada es una opción para la Revolución, donde quiera que esta encuentre las condiciones propicias.
Me vienen a la mente dos frases que marcaron mi juventud y, en sentido general, mi vida: «Al imperialismo ni un tantito así», dijo el Che mientras apretaba las yemas de sus dedos índice y pulgar…, la otra es del refranero popular: «Quien siembra vientos recoge tempestades».
Ambas ideas condicionarán la respuesta de los pueblos de este hemisferio a la aventura imperial de agredir militarmente a Venezuela.
¿Cree de verdad Trump que Venezuela no responderá contundentemente a una agresión?
Si es así lo invito a que sintonice #Telesur para que vea a Maduro dirigiéndose, en el Estado de Aragua, a las tropas de la #FANB que desarrollan ejercicios militares navales.
¡Venezuela no será una estrella en la bandera gringa!
*Editor de La Mala Palabra.
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