Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
Por estos días ha recibido una alta difusión el tema «Tambores de la paz» del cantautor cubano Raúl Torres, pero los «perros de la guerra» continúan aullando y orando por la sangrienta opción de la confrontación bélica.
¿Cuántas personas más han de morir o resultar lisiadas por los disparos o la metralla de las bombas, los cohetes y las minas?
¿Cuántas familias deben ser barridas o cercenadas?
¿Se puede ser tan tamañamente imbécil e irresponsable para pensar que un pueblo entero puede ser subyugado por un puñado de hombres y mujeres?
El pueblo de Venezuela apoya a la Revolución Bolivariana y a su Presidente Nicolás Maduro y no hay fuerza capaz en el mundo que lo obligue a preservar un gobierno que no desea.
Eso es lo que no quieren reconocer los que apuntan a que «todas las opciones están sobre la mesa», mismos que agitan y agitan, pero no pondrían un pie en Venezuela ni respaldados por los Navy Seals, ya que les faltan cojones para ello y se aman tanto a sí mismos que son incapaces de «predicar con el ejemplo».
En esta fétida lista están Trump, Pence, Pompeo, Duque, Bolsonaro (padre e hijos) y Almagro, quienes se resguardarán bien del estruendo de los cañones y saturan los medios con falacias y mentiras para manipular y atemorizar a los pueblos que luchan por su libertad.
¡Militares rusos en Venezuela! ¡Militares chinos en Venezuela! ¡Militares cubanos en Venezuela!
Imbéciles, no acaban de entender que en Venezuela están los venezolanos y si fuera necesario se repetiría la historia de las Brigadas Internacionales y ahí sí habrían cubanos, argentinos, bolivianos, chilenos y nicaragüenses, hombres y mujeres de toda la América Latina y el mundo defendiendo la paz y los sueños, la libertad del pueblo bolivariano.
Ese es el sentimiento que quieren aplastar, por eso el bloqueo económico, los intentos de magnicidio, los sabotajes a las redes eléctricas y las amenazas de invasión, acciones que se han estrellado ante la unidad monolítica cívico-militar, ante la entereza del pueblo de Bolívar y Chávez.
Ese es el alto precio que se debe pagar por la libertad y los venezolanos han demostrado que están dispuestos a cualquier sacrificio por preservar su soberanía.
¡Viva Chávez!
¡Viva Venezuela!
*Editor de La Mala Palabra.
LA MALA PALABRA 