Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
Anoche, mientras tomaba un baño, seguía dándome vueltas en la cabeza el anuncio por John Bolton de la inminente entrada en vigor del Título III de la Helms-Burton y recordé aquella frase de Fidel, en 1992, año más crítico del Período Especial, en la que señalaba que, por haberlo aprendido durante tantos años, estábamos más preparados para enfrentar una política de agresión, que para enfrentar una política de paz.
A partir de diciembre de 2014, Cuba hizo todo lo posible para coexistir y mantener una relación de respeto y colaboración con Estados Unidos y este país torpedeó todos y cada uno de dichos esfuerzos; ayer anunciaron la «nueva vuelta a la tuerca» y como no me voy a quedar «de brazos cruzados» esta es mi respuesta:
Vivo en una casa en La Habana, construida a finales de los 40 del pasado siglo y dicen que pertenció a un Consejal del que desconozco generales y ni me importan, aunque él es el destinatario de estas líneas:
1) Si va a hacerle caso al imbécil de su presidente y decide darse un saltico a Cuba, sepa que debe venir con un vagón (carretilla), un cubo, una pala, una frota, 5 o 6 sacos de cemento y ropa de trabajo para que tire un «derretío» en el techo y prevenir filtraciones futuras en «mi casa».
2) Si no va a realizar el trabajo por sí mismo, puede contratar y pagar a alguien para que lo haga.
3) Durante el período que dure «su inversión» en «mi casa», me aseguraré de indicarle en cuáles hoteles puede hospedarse, así como garantizaré que, en el horario de trabajo, pueda disponer se abundante agua del tiempo para que no sufra de cólicos.
4) Terminado el trabajo de remozamiento del techo, me comprometo a darle las gracias y desearle un feliz retorno a EEUU junto a un afectuoso «olvida la dirección y rema que aquí no pican»…
No obsante, en el supuesto improbable que se ponga belicoso, le daré la misma receta que les dimos a los mercenarios de la Brigada 2506, esa que se hace llamar «Brigada de Asalto» y que me dio por imaginar que debería ser «Brigada de A salto», por el salta pa’llá y salta pa’cá que armaron en Girón, brincando y correteando como conejos.
En ese supuesto, reitero improbable, me da igual que venga junto con la 82° o la 101°, porque si hace 58 años teníamos coj…. y unas pocas armas, hoy contamos con los mismos coj…. y mejor armamento que en ese entonces… y muchas minas, oyeron bien ¡Muchas minas! y ¡Muchos Igla!
Por todo ello y por la inquebrantable fe en la victoria, puse un aviso a la entrada de mi casa: EL PERRO MUERDE… Y EL DUEÑO TAMBIÉN.
*Editor de La Mala Palabra.