Una tarde o un sueño…

Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917

Ayer fue una de esas tardes en las que la realidad supera con creces las expectativas.

Salimos mi esposa, mi nieto, mi hijo postizo y yo, alrededor de las 4:00 pm, al encuentro de mi amiga Lisbet Mendoza y su familia, al menos parte de ella, su esposo y Tonito, también conocido como el príncipe o la candela, según las revoluciones a las que esté funcionando, la prima, la tía, el súpertíocasipapá-«sirviente», castigo proveniente del día anterior por perder al Dominó, en fin, un poco de Matanzas en La Habana.

Allí, al borde de una piscina, la anfitriona se plantó de pie y, entre una que otra cerveza acompañada con enchilado de cangrejo y galletas, y unas yucas que se derretían antes de llegar a la boca, estuvimos conversando poco más de dos horas, durante las cuales la doña Lisbet no se sentó por la permanente vigilancia sobre las peripecias de Tonito dentro y fuera de la piscina, actividad que, en nuestro caso, descansó en mi hijo postizo y la prima de Lisbet, quienes se encargaron de corretear y «montear» a mi nieto, también príncipe/candela.

Podría asegurar que fue una tarde especial, pero igual se sintió como extraída de un sueño, porque las imágenes del recuento fueron desde la vocacional, con el amoroso y humilde almuerzo preparado en casa, las pruebas de ingreso a la Cujae y la repetición de una prueba de Matemáticas aprobada a pulmón por unos pocos y manoseadas por varios, el otorgamiento de Hidráulica y no la de Arquitectura que quería, nuevos exámenes de ingreso (al siguiente año) y a fajarse con Industrial, los pro y los contras de las carreras técnicas, esa parte del diálogo con mi esposa, también ingeniera, de pronto hablamos y reimos rememorando a amigos comunes, entre ellos, a Luis Toledo Sande, Iroel Sánchez, Mildred Ileana O’Bourke, Telemaco Odisea, Kenia Echemendía, Scarlett Lee y de «plato fuerte» dejamos a Miguel Cruz Suárez.

¿Les dije que fue cómo un sueño? Pues ahí no terminó, la anfitriona tomó su celular y comenzó a marcar un número, mientras la picardía saltaba en su mirada, y tras un saludo inicial me pasó a su interlocutor, logrando yo leer en la pantalla «Miguel» y otro nombre que sinceramente no recuerdo…

¡Menuda sorpresa! Del otro lado de la «línea» el mismísimo Miguel Cruz Suárez, intercambiamos saludos y elogios por un par de segundos e inmediatamente «nos giramos» para la antitriona a la que le «colgamos» calificativos de «conciliadora/negociadora», léase de sentimientos y almas, y nos despedimos (Miguel y yo) con el cariño que germina cuando abrazas una causa justa.

Éxtasis, euforia, cualquiera de esos estados podrían competir con el sentimiento ese de «ya puedo morir en paz» que significa «quiero seguir vivo» y jodiéndole la existencia a los enemigos de la Revolución.

La despedida fue como deben imaginar, besos, abrazos, llévate dos cervecitas para el viaje y bueno, mejor, llévate otras dos, promesa mediante de que el próximo encuentro familiar sería en Matanzas.

Ya en el trayecto de regreso le pregunté a mi esposa ¿qué te pareció mi amiga? Y ella respondió: qué buenas personas son ella y su esposo, qué sencillas, qué familia más bonita… la pasamos súperbien.

Después me quedé un rato pensando en los calificativos de «conciliadora/negociadora» que Miguel y yo le adjudicáramos a Lisbet y me convencí que sería mejor verla como «el eslabón aparecido», ese que se repite para ir aunando e incrustando voluntades de amigos en el ADN de la Revolución.

La de ayer fue una tarde de ensueños.

*Editor de La Mala Palabra.

No hay Revolución sin poesía (IV)

Si «El arte es el arma del alma social», estos son trazos y líneas de autorretratos, en sencillez y humildad insuficientes para ocultar la inmensidad del alma de Martí.

Las imágenes van más por acompañar las letras del autor de «Vamos caminando» con el artista en Martí, quien, tres años después de la última imagen (abajo a la derecha), sentenciara «[…] el alma del hombre, impalpable e incolora, padece con la misma ira de lo que la oprime e infama, sea como quiera la piel de su dueño». (Nota del editor)

“Vamos caminando”

Si quiero dejar una huella
Soñando con un ideal
Si quiero volverme una estrella
Sin vender mi arma moral
Preguntan qué cosa es el arte,
Si el arma del alma social,
Si hoy cae hundido en desastres
Comprados por un comercial.

¡Sí! Estos son mis demonios
Gritándome que está mal,
Pero, aunque crea en mis demonios,
No siempre los sé escuchar.

Cómo marcar una etapa
Si casi todo está hecho,
Cómo hacer un “Ojalá”,
Cómo hacer un “Satisfation”,
Si en mis “Peces de ciudad”
Se refleja un “Catalejo”,
Si un Aldeano calló
Si Calle 13 no calla,
Sin “Like a Rolling Stone”,
Si “Let it be” ya no basta,
Si ya no “Somos campeones”,
Si en «Noviembre» ya no llueve,
Si somos los perdedores
Subiendo “Stairway to heaven”,
Si Janis Joplin invitó
A Curt Cobain a su club,
Si los Van Van se cansaron
De bailar con “Marilú”,
Cómo correr “8 millas”,
Cómo cantarle a “Yolanda”,
Cómo pintarle a María
Los labios que me mataban.

Si a Sting “Roxanne” lo dejó,
Si a John Lennon lo han matado,
Si Elvis Presley murió
Porque vivía “tocado”.
Si mi infancia navegó
Sobre un Barco de papel,
Si Coldplay me enseñó
A vivir la vida también,
Si “Habáname” describió
El lugar donde me crié,
Si “If I could fly” me mostró
Lo que sentí cuando amé.

Cómo hacer algo original,
Cómo cumplir un ideal
Cómo coño vendo arte
Sin hacerlo comercial.

Esa es la gran interrogante
Que me lleva a luchar,
Algún día haré lo que quiera
Sin vender mi arma moral.

¡Sí! Estos son mis demonios
A los que hago callar,
Porque, aunque crea en ellos,
No siempre los sé escuchar.

Y vamos caminando
En una calle sin sentido,
Por destinos prohibidos
Que nos hacen tropezar.

Si el futuro está perpetuo
Y el pasado está parado,
Si el presente va corriendo
En un camino equivocado.

Por qué tanta suciedad,
Por qué tan poco altruismo,
No solo es crítica social, Yo me critico a mí mismo.

Si en este libro reflejo
Quien no soy y como soy,
Si voy corriendo descalzo Sin saber a dónde voy.

Tengo que vivir mi tiempo
Rescatando lo olvidado,
Construyendo en mi momento
Lo que de él está dañado.

Quiero ser diferente,
Quiero romper murallas,
Quiero ser un divergente
De este mundo que está a raya.

Tatu, 2019

¿Qué decirte hoy? #FMC

Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917

Desde hace días, merecidamente, se saturan los espacios por ti, a cada instante un recuerdo, una frase, una foto o una flor que, por sí solas o en su conjunto, hacen la magía de tenerte cerca, en el frente, a nuestro lado o cuidando la retaguardia, y es que tu presencia se reconoce imprescindible.

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GUERRAS

Un regalo excepcional de Miguel Cruz Suárez… la decisión es una sola: ser víctima o combatiente y, como millones en esta isla, yo prefiero luchar.

Félix Edmundo Díaz.

LA BICICLETA

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El contacto con la palabra ¨GUERRA¨, fue primero coloquial y hasta grato, cuando allá en mi primera infancia veía llegar a Pascual Guerra y su esposa Clarita Santa, con sus dos hijos que eran de mi edad y a quienes les habían tocado dos apellidos un poco simpáticos y contradictorios, si tenemos en cuenta que nunca me dejaban en paz, ellos eran simplemente los ¨hermanitos Guerra Santa¨. Aquello era causa de jocosidades en el entorno familiar y hasta escolar. Pero cuando pasaron los años y presté más atención a las noticias y a la vida en general, comprendí que la cosa no tenía mucho de bromas.

Al filo de mis seis años, estaba terminando la guerra de Vietnam y se hablaba mucho del tema, no logro recordar grandes detalles, pero si podría asegurar que fue mi estreno en la indagación infantil sobre el tema y parece que me explicaron bien…

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¿Quién es responsable por los incendios en la Amazonía? – CNN


Los grupos ambientalistas han estado haciendo campaña durante mucho tiempo para salvar el Amazonas, culpando al presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, por poner en peligro la vital selva tropical. Bolsonaro dijo que la reciente ola de incendios en el Amazonas puede haber sido causada por organizaciones no gubernamentales.

https://cnnespanol.cnn.com/2019/08/21/quien-es-responsable-por-los-incendios-en-la-amazonia/

No hay Revolución sin poesía (III) #SomosContinuidad

Por Félix Edmundo Díaz @feddefe1917

A modo de introducción robé estas líneas del artículo «Arte y dinero, o el olor de la mierda de elefante», publicado por Higinio Polo en Rebelión:

«La vieja noción de Goethe, o las cándidas ideas del siglo XIX sobre el arte y la estética, sobre la belleza y el genio del artista, hace mucho tiempo que han dejado de tener sentido. Si Goethe acaparaba obras de arte, y copias, viajando por Italia, con una idea precisa de qué era lo que podía denominarse así, y si, para Duchamp, el arte era la idea, hoy, como si estuviéramos en el vacío oscuro de los gánsters de Chicago, la putrefacción capitalista y el poder del dinero ha hecho que sea arte aquello que denominan así los mercaderes, subastadores y coleccionistas millonarios que acaparan y controlan ese sector de los negocios, porque el arte es sólo un negocio. Críticos, estudiosos, universidades, museos y revistas, se adaptan con entusiasmo al dictamen del dinero, y quienes impugnan esa férrea deriva mercantil son reducidos al silencio.»

Este el grito de un joven que se resiste a ser comprado:

“Comenzamos a andar”

No soy un ave que renace del fuego,
No tengo alas ni vivo con Jesús en el cielo,
Yo siento y creo en el amor sincero,
Pero no en los que aman si huelen dinero.

Yo creo en el papel de una canción,
Yo creo que somos cinco con un mismo corazón,
Yo creo en la verdad por la que andan mis pasos,
Yo no creo en Dios, pero creo en un abrazo.

Quién dijo que el arte es un billete de a cien,
El arte es ver en las cosas lo que otros no ven,
Es darle cuerpo a su más profunda esencia
Y no copiar, como un reflejo, realidades de apariencias.

El consumismo nos consume,
Mercancía de un sistema
Denigrante que desune,
Realidad de querubines
Que no auxilian a este mundo,
Yo nací siendo derecho,
Pero actúo como zurdo.

Yo desprecio al “ambidiestro”
Que en su “equilibrio” se ufana,
Yo me rindo ante mis muertos
Que combaten mis mañanas,
Que me apartan de lo fácil
Y me hacen vencer las ganas.

La cultura es sustancial para las generaciones,
Las que ascienden ahora y no tienen concepciones,
Se dirigen a ellas y, en vez de crear valores,
Subjetivamente le atrofian los corazones.

Me gustaría renacer y tener la satisfacción
De lograr un mundo nuevo sin tanta desviación
De conceptos y razones que no logran comprender
El presente de almas ciegas abnegadas a no ver.

Por eso el renacer se lo dedico a la palabra
En mercados de cultura donde el alma nunca habla,
Donde mudos iracundos creen subsistir en calma,
Esperando que el futuro les devuelva la palabra.

Los telúricos fantasmas que alimentan el pasado,
Esperando el alarido del sumiso asalariado
Que revienta su dorsal bajo el yugo del zapato
Del sistema capital que negocia su maltrato.

Y este es mi único rezo
Al dolor de un grito ausente,
A la voz nunca acallada
Y al valor del insurgente.

Este es mi último verso
Para sentirlo y amar,
En el sendero de lucha
Que comenzamos a andar.

Tatu, Mayo de 2019.

*Editor de La Mala Palabra.

No hablaré del humor… #SomosContinuidad

Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917

Desde hace varios días he observado la alharaca levantada en las redes por las publicaciones de los amigos Juan Miguel Cruz Suárez y Javier López Fernández, incluido el comentario realizado a las líneas del último por, mi también amigo, Telemaco Odisea.

Y, ante el apremio de la amiga común Lisbet Mendoza, decidí releerme todos los artículos y sus comentarios, por lo que he de reconocer mi plena coincidencia con lo expuesto por los mencionados, incluida la mención de Cruz Suárez sobre los innecesarios ataques frontales a su persona, la que me consta no se esconde detrás de un teclado, de ahí que demos por descontado lo del valor personal en alguien al que le sobra cubanía y «ombligo».

Todos sabemos qué fue lo que originó este debate y no usaré ni un milímetro de espacio para reproducir tal ofensa.

¿Ofensa es un término fuerte?

¿Qué haría cualquier mortal (nacido en esta Isla) si un cabrón trucara una foto y pusiera el rostro de su santa madre en el cuerpo desnudo de una joven en posición erótica, o lo hiciera con el rostro de su hija?

¿Le causaría risa?

¿Podría evitar la saturación de Zapia pasando esas imágenes de un móvil a otro?

¿Podría evitar la burla expuesta o escondida de algunos malintencionados?

Ante un evento de esa índole solo le quedaría pronunciarse públicamente, denunciar el post a los administradores de FB y tratar de bloquear, o sea haría lo imposible para reparar daños.

¿Por qué no hicieron nada esta vez?

¿Porque no eran las fotos con las imágenes de sus mamás o sus hijas?

¿Porque eran las imágenes de sus rostros (de ellos saben quiénes) en cuerpos que les quedaban extremadamente inmensos por haber entregado sus vidas para que hoy todos estuviéramos, incluídos los «usados», aquí?

¿No pensaron que los cuerpos de esa imagen tienen rostros verdaderos reconocidos y queridos por la inmensa mayoría de los cubanos?

¿No se detuvieron un segundo a imaginar, como propios, el daño a los familiares, hermanos, hijos y nietos de esos gigantes?

¿Por qué el silencio?

Es cierto que hacer humor es difícil, aún cuando el cubano se ríe de sus propios problemas, pero estamos obligados a discernir entre lo que está bien y lo que está mal.

Eso es lo que nos separa del enfermo mental y guardar silencio cómplice, no asumir una posición clara y «dejar correr» está mal.

*Editor de La Mala Palabra.

No hay Revolución sin poesía (II)

“Siento No.1”*

Siento la fuerza al caer
De la altura de los sueños,
Siento el dolor de creer
En promesas y en tus besos.

Siento el placer de sentir
El tacto de tu cuerpo
Y por el tacto de tu cuerpo
Siento el placer de sentir.

Miro al horizonte y pienso
En lo que ha estado pasando,
Miro y sigo esperando
Por las palabras del tiempo.

Miro y miro tu mirada
Que me lleva al corazón,
Miro y veo la prisión
Donde te ves encerrada.

Quisiera que me dijeras
Que tu pasado borraste,
Que yo soy tu presente
Y que a él ya lo olvidaste.

Quisiera que me mintieras
Si la verdad no es así,
Quisiera que me quisieras
Como yo te quiero a ti.

Siento que en mí no confiaste,
Más cuando en ti yo confié,
Siento que me olvidaste
Cuando yo te recordé.

Siento el calor ardiente
De nuestros cuerpos unidos,
Siento el amanecer
Que soñé pasar contigo.

Mi oído se aferró
A las cosas que dijiste
Y la madrugada lloró
Cuando supo que mentiste.

Mi mente se acostumbró
A vivir en el momento
En el que no comprendió
El valor del sentimiento.

Te veo en todas partes
En las aves y en su vuelo,
Te veo en cada instante
En las nubes y en el cielo.

Te veo si estoy despierto
Y si me acuesto vuelvo a verte
Y cómo no ver que me miento
Cuando vives en mi mente.

Siento lo onírico
De tu mirada constante,
Siento lo irónico
De la palabra faltante.

Siento y mil veces siento
Lo que se siente sentir,
Siento y por ti siento
Lo que se siente vivir.

Tatu, Mayo de 2019.

*Tomada del libro de artista «Lluvias de Mayo»

No existe Revolución sin poesía…

No existe Revolución sin poesía porque la primera es en sí la expresión más sublime del amor.

La Mala Palabra con la venia de su autor, el amigo Tatu, le comparte estas líneas que forman parte del libro de artista «Lluvias de Mayo».

“Más allá de lo que ves”

Estoy en mi cuarto,
Donde todo es oscuro y solo siento el frío aire
Que eriza mi piel.

Me asfixia este encierro y salgo a respirar aire puro,
Me siento solo, mientras, disfruto entre mis dedos
Del humo que quema mis pulmones.

Trato de acallar mis pensamientos,
Observando lo que me pierdo por escucharlos,
Me calmo y solo observo:
Puedo ver tres tanques,
Repletos de desechos e inservibles antojos
De las personas que me rodean.

Puedo ver tres focos
Y tan solo dos luces, que dividen los espacios
De luz y sombras por los que paso.

Puedo ver al viento
Despeinar las hojas hasta hacerlas danzar,
No puedo ver el polen, pero sí su recolecta;
Puedo ver a dos amantes caminar despacio
Sin rozar sus manos y la tensión entre ellos
Se siente más fría que el ambiente.

Puedo ver una calle rota, desgastada,
Y una acera que, sintiéndose superior a la calle,
Trae sus propios achaques.

Puedo ver sombras de un gato,
Cojea y su maullido es tan leve
Que apenas lo escucho.

Puedo ver cada casa
Con hermosas fachadas,
Que esconden grietas en su interior,
Y un parque prácticamente a ciegas.

Puedo ver a solitarias personas
Fundidas en sus teléfonos,
Puedo verlas a ellas,
Pero no creo que me vean a mí,
Ni a nada a su lado, tal parece que olvidaron
Lo hermoso que es el mundo
Más allá de la red.

Estoy viendo el cielo
Y las nubes dejan escapar el brillo de pocas estrellas,
Creo que están deprimidas,
Dejando caer un leve sollozo sobre mi frente.

Veo un perro negro y blanco,
Al parecer está solo, igual que yo,
Se me acerca, pero sigue de largo.

Ya la brisa empieza a golpear mis parpados
Y me hace sentir el peso de la noche.

Vuelvo, a la oscuridad de mi cuarto,
Para no ver más nada
Hasta que cierre los ojos,
Donde ya no estoy solo…
Donde solo te veo a ti.

Tatu.

Mayo 2019.

Tus enseñanzas. #YoSoyFidel

Por Félix Edmundo Díaz @feddefe1917

¿Jesús multiplicó panes y peces? ¿Y tú? Tú multiplicaste panes y peces, y enseñaste a amasar la harina y hornearla, a reproducir y capturar peces, pero, también, enseñaste a leer y escribir, como atributo indispensable para, después, enseñar a pensar, y enseñaste a prevenir y sanar, y decidiste que lo más hermoso y humano era no guardar para sí estas riquezas, sino compartirlas con todos, y tus hijos partieron por el mundo a enseñar letras y números, a curar y salvar a otros de enfermedades, algunas prevenibles y otras muy peligrosas, pero tú pediste y tus hijos partieron para llevar tu aliento al mundo necesitado y lo hicieron con la alegría del hijo que sigue el ejemplo de su padre.

Todo lo que enseñaste y sembraste fue amor, amor por nuestros semejantes, amor por los desposeídos, pero de todas estas cosas hay una que sobresale por ser garantía del futuro, nos enseñaste a luchar sin claudicar, a defender nuestros principios como el tesoro más sagrado, y nos enseñaste a vencer.

¡Por todo ello, gracias papá!

¡Muchas felicidades en tu cumple!

*Editor de La Mala Palabra.