No hay Revolución sin poesía (V).

“Lazos de arena”

Dulce mujer,
No soy un alma sin nombre,
Soy más un prisionero del arte
Que no escapa no por ser cobarde,
Sino por amarlo más que a mí.

Dulce mujer,
Seduces los caminos a tu antojo
Cegando a todo aquel que tras tus ojos
Intenta ver lo que te hace sentir.

Dulce mujer,
Naufrago en este mar de interrogantes
Cuando el silencio se vuelve imperante
Y convierte mis palabras en arena.

¡Oh! Mujer,
Deambulo cual sonámbulo despierto
En la ciudad que crea mis pensamientos,
La de cálidas cimas sin fronteras.

Dulce mujer,
Mis manos enamoran los pecados
De estos sentidos que se han desnudado
Por el placer de acariciar tu ser,

¡Oh! Mujer,
Vaporosas ruinas las del tiempo
Que no comprende todo lo que hacemos
Y tan poco nos deja para hacer.

Dulce mujer,
Bajo las olas sepulto mi memoria
Para no recordar las fieles glorias
Que me persiguen al oír un no.

¡Oh! Mujer,
Si en mi homenaje quieres ser la reina
Y hacer que mi presencia desvanezca,
Prometo nunca hundirme ante el Sol.

Al vivir,
Condenando al destierro la esperanza,
Quebrando en mil pedazos la balanza
Cuando es escaso lo que sé de ti;

Y decir,
Que quiero desvestir tus pensamientos
Que ahora solo me estás conociendo
Y que soy más de lo que ves en mí.

Tatu, 2019.