Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
He de reconocer que incumplí el compromiso, realizado la pasada semana, de regalalarle tres poemas para el principio, la mitad y el «finde», mas sé que entenderán que debí emplear el escaso tiempo a fechas inolvidables y acontecimientos de imprescindible cobertura.
Hoy regreso a mi promesa de compartirle poemas cariñosamente «robados» al amigo Tatu a fin de que los disfruten… uno cada vez.
«Siempre duelen»
Amiga,
Como atraídas por la gravedad caen las palabras en esta hoja,
Aunque más que palabras,
Son el retrato literal
De caprichosos pensamientos
Amantes del insomnio,
Son el paisaje onírico
De una mente cansada
De evitar estos obstáculos
A los que llamamos sentimientos.
Amiga,
Llevo una vida navegando
Por distintos corazones y almas,
He sido el bueno y he sido el malo
Y también ese del famoso cliché:
Del perdedor que lo tuvo todo
Y no lo supo apreciar.
Y ya!
Cansado de tropezar, de delirar
Y de naufragar en mis viajes,
He decidido encerrar bajo llave
A este desnudo corazón,
Que sin lamer sus heridas,
Bombea el venenoso pasado
Que hoy corre por sus venas.
Amiga,
No sé por qué no miras hacia mí
¿Será que no me ves? ¿O no lo ves?
De la forma en que te miro,
Te abrazo o beso tu mejilla
Mientras mis labios solo desean
Vivir en ella,
Y morir en tu boca,
Quizás, sintiendo el deseo
De sumergirme en tu mirada,
Cuanto más cristalina, trasparente y vulnerable,
Y poder extirpar de ti
Todos esos problemas
Que oscurecen tu alma.
Amiga,
Ambos tenemos heridas
Que no vemos, pero sí sentimos,
Algunas ya cicatrizadas
Y otras en proceso, y por más que lo neguemos,
Siempre duelen
Y aunque sus recuerdos estén rotos Nunca han muerto,
Por eso, sin saber qué quiero
Te lo cuento,
Porque al estar contigo,
No las siento.
Tatu, octubre de 2019.
*Editor de La Mala Palabra.