ANA BELÉN MONTES, UNA AMIGA ENTRAÑABLE DE CUBA. #Cuba #EEUU #PrisioneraDelImperio

Por Conte Nieves*

ANA BELÉN MONTES, una ciudadana estadounidense de origen puertorriqueño manifestó ante quienes la juzgaban en los Estados Unidos: “Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la Ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político” … “… hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo como nosotros continuamos tratando de dictar… cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación…”

Esta mujer valiente, leal y comprometida con Cuba que habló de esa forma en aquellos instantes, es una persona de profundas convicciones políticas; solo así se es capaz de poner en riesgo sus aspiraciones, desarrollo profesional y la propia vida, renunciando a todo. Ana Belén, es una revolucionaria que decidió asumir su compromiso de forma callada, silenciosa, clandestina. Esa es una de las opciones que tiene un revolucionario social para poder enfrentarse a la política ofensiva y agresiva de los gobiernos norteamericanos contra los gobiernos y pueblos progresistas y revolucionarios.

¿Puede alguien en el orbe decir que la política cubana hacia EE.UU. y sus aliados no es defensiva? ¿Quién es la víctima de una historia de acciones de sabotajes y muertes? ¿Es que los gobiernos y pueblos progresistas y revolucionarios no tienen derecho a defenderse y a contar con la solidaridad internacional? En el pensamiento de la derecha recalcitrante y conservadora norteamericana y la derecha internacional no hay espacio para defenderse. Ellos son los que califican qué es bueno y malo.

La respuesta a esa derecha conservadora es que decenas de personas en el mundo, como Ana Belén Montes, se sienten moralmente obligados a ayudar a la Isla. Cada cual escogerá la posición que estime conveniente para hacerlo y por ende asumirá las consecuencias de sus actos sin remordimientos y llenos de satisfacciones, por duro que sea el ensañamiento del enemigo. Siempre recordemos que, con Cuba, como con otros países progresistas y revolucionarios, el enemigo es implacable. Por eso castigaron con odio y rencor a los Cinco Héroes cubanos que lucharon contra el terrorismo en la Florida. Si hubieran sido israelitas o de alguna nacionalidad de país aliado, las cosas las hubieran valorado con otra óptica.

El 21 de septiembre de 2001, a sólo 10 días de ocurrido el desplome de las Torres Gemelas en Manhattan, Ana Belén Montes fue detenida por el FBI en su oficina en el edificio de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA), donde se desempeñaba como analista de inteligencia especializada en el tema Cuba. Fue acusada de entregar información clasificada a nuestro país y sancionada a 25 años de presión y cinco años de libertad supervisada.

Ana Belén se encuentra recluida en la prisión Centro Médico Federal, Carswell en Fort Worth, Texas, donde es identificada como la reclusa 25037-016. Este 21 de septiembre se cumplen 19 años de su detención e internamiento en prisión.

Llama la atención que en el Centro Médico Federal, Carswell, se prestan   servicios médicos y de salud mental a delincuentes del sexo femenino. Ana Belén no es una delincuente común y mucho menos una desajustada mental. Los propios oficiales del FBI que la interrogaron y el oficial de la Contrainteligencia de la DIA que la atendió la han reconocido como una mujer muy inteligente y estable psicológicamente. Con su ingreso en una cárcel de ese tipo, el gobierno norteamericano ha pretendido inducirle el desajuste y la demencia en condiciones de prisión.

Estando ya recluida en esta prisión fue operada de cáncer de mama. Ella es en estos momentos una mujer de 63 años. Que según los que la conocieron, siempre gozó de buena salud. A todos nos corresponde, una vez más ocuparnos activamente por la salud mental y física de Ana Belén Montes.

Las administraciones norteamericanas han insistido en comparar a Ana Belén Montes con otros espías que, por DINERO, MUCHO DINERO, han entregado información clasificada. No es el caso de Ana Belén Montes. No olvidemos que las motivaciones en los seres humanos son importantes e impulsan a hombres y mujeres a actuar; por eso ella, por sus convicciones y motivaciones sociales, asumió su responsabilidad y nunca ha mostrado arrepentimiento.

Hoy el pueblo estadounidense puede agregar a su historia, la actitud digna e indoblegable de Ana Belén. Ella se puso del lado de los pobres, del lado de los que sufren y padecen. Para algunos, dentro y fuera de Estados Unidos, este enfoque sobre el caso de Ana Belén puede resultar poco comprensible e incluso risible. Los invito a que en su fuero interno reflexionen de qué lado está la verdad. Y si son cristianos y consultan a Dios, el bendecirá a esta mujer y dirá que el Diablo acompaña a la derecha recalcitrante conservadora norteamericana y a la derecha internacional.

Digamos como se estila decir en Cuba ahora: #FuerzaAna que Cuba y los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo están contigo.

Trabajemos para que Ana reciba en su celda en solitario, la admiración y la compañía de todos los que en el orbe deseamos hacer el bien; pero fundamentalmente, para que el pueblo norteamericano conozca su verdadera realidad.

Para satisfacción de Ana Belén Montes, el gran problema que tienen las administraciones norteamericanas y la derecha internacional es que, no hay fake news, ni medios mediáticos reaccionarios, ni armas, ni ejércitos, ni contrainteligencia ni inteligencia, que puedan detener el compromiso moral y la solidaridad con Cuba. Están vencidos. Y no podrán evitar que la imagen de Ana Belén recorra las ciudades del mundo como icono de la solidaridad con la Isla y con las causas justas.

*Colaborador de La Mala Palabra.

18/09/2020

Cuando la sencillez, la humildad y la modestia fueron virtud.

Por Félix Edmundo Díaz*

En la actualidad, a cada rato, me encuentro con “Chocolates” que no saben que salen del cacaotero, de la familia de las malváceas y que su color original es blanco; “Diosas” (terrenales) que lo más cerca que han estado del Olimpo es confundir a este con las Olimpiadas; “Divas” que no cantan ópera, “Juniors” con edades y lomos suficientes pa’ dos planazos; en fin, en ellos y otros (como ellos) hay un elemento en común: sus “apellidos” artísticos son autoadjudicados, y tienen más que ver con un ego superlativizado y la necesidad de un autobombo que con la esplendidez y gracia de sus artes.

Crecí oyendo hablar de “la Musicalísima”, “la Señora Sentimiento”, “el Bárbaro del Ritmo”, “la Vedette de Cuba”, “el Caballero del Son” y otros muchos, así como de “las Morenas y la Tormenta del Caribe”, el “Gigante del Escambray”, el “Ciclón de Ovas”, el “Meteoro de La Maya” y el “Señor Pelotero”, entre tantos queridos compatriotas que nos han hecho vibrar de emociones.

Un aparte para los que hicieron de sus vidas recios mares fuerza 5: el Titán de Bronce, el Apóstol, el Generalísimo, “el General de las Cañas”, “Manzanita”, “el Señor de la Vanguardia”, el “Guerrillero Heroico”, el “Canciller de la Dignidad” y miles más, reservando un espacio especial para “El Chino” y “El Caballo”.

En todos ellos, amén de sus artes – incluido el arte de ser revolucionario – un elemento común: la virtud.

Esa virtud arropada de la sencillez, la humildad y la modestia que los hicieron inmortales, porque sus “apellidos” artísticos, deportivos o guerreros se los puso el pueblo, ya en la voz de un especialista, de comentarista o de una gente común, pero siempre en la voz de otro.

*Editor de La Mala Palabra

¿15 días? #CubaSalva

Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917 (Reflexión)

Guernica, Picasso 1937.

Las guerras son feas, aun las justas traen consigo la inevitable carga de muertes, lesiones físicas y psicológicas, y dolor, mucho dolor para los heridos y los sobrevivientes.

Algunos señalan que la guerra de EEUU contra Cuba iniciaría con una preparación artillera – lanzamiento de cohetes y bombas – que se extendería por espacio de tres meses, antes de siquiera pensar en la posibilidad de poner una bota en suelo cubano.

El objetivo de tal ataque es tratar destruir nuestras defensas, sembrar el terror entre nosotros y desmoralizarnos.

¿Se imaginan noventa días sin salir de la casa? ¿Noventa días escondidos en refugios o debajo de la cama a cada oleada del infierno?

La sorpresa después del primer ataque, el oteo por la hendidura de la ventana, la vecina que llora y se persigna ante los trozos de carnes, huesos y ropas en su portal, el terror de salir, el regreso fulminante al refrigerador, la prohibición de abrirlo, el conteo de las porciones, aún congeladas, y de las porciones de las porciones para que duren, el racionamiento del agua.

Tu mundo acaba de reducirse a cuatro paredes y la muerte lanza sus silbidos constantemente, mientras, te alejas tres metros dentro de la casa y regresas al segundo para contabilizar a los tuyos.

Ahora entiendes cuánta razón en los compañeros del Consejo de Defensa que te imploraron, hace días, que llevaras a tu familia al refugio, pero tú creíste que no pasaría nada, ahora no sabes cómo mirar a tus hijos a la cara y mentirles con un “no pasará nada” porque ya está pasando, es grave y es mortal.

Piensas en el vecino que creíste egoísta y, antes de salir para el refugio con los suyos, tocó a la puerta de tu casa y te dejó dos postas pequeñas de pollo, porque tú las necesitarías más, entiendes que tus prejuicios impidieron que le abrazaras .

Ahora tienes todo el tiempo del mundo para pensar y entender que esperar es lo único que puedes hacer en el, quizá, poco tiempo que te queda…

Así de fea es la guerra y estas serían unas pocas horas del primer día…

Hoy libramos una guerra de verdad, sus bombas y cohetes no silban ni estallan, muchos ni se sienten, pero matan igual, duelen y nos hacen sufrir, pero podemos derrotarla en 15 días. ¡15 días!

Los mismos camaradas del Consejo de Defensa, hoy te piden que permanezcas en casa y tú solo debes mirar en el refrigerador y la despensa, sacar las cuentas de las porciones y de las porciones de las porciones, para proteger a tu familia y salvarla… es cuestión de vivir y permitir que la vida fluya a tu alrededor con solo esperar… 15 días.

*Editor de La Mala Palabra.