OPORTUNIDAD

Ser parte es un privilegio. La oportunidad de participar nos pertenece.

Por: Javier López Fernández* (opinión)

Una contundente intervención del Presidente y una cerrada ovación de los diputados cubanos trazan las nuevas marcas para el país en aspectos necesarios de ordenar con urgencia en lo sucesivo.

Los poderes y alcances del Estado y sistema de gobierno; las reglas éticas, morales y de actuación de Cuba ante los ojos del mundo mediante su personal diplomático; la utilización del presupuesto de 2019 como instrumento eminentemente social y la estrategia económica y social a seguir fueron algunos de los tópicos analizados.

La vida poco a poco va restableciéndose y la economía comienza a revertir la pendiente descendente agravada por la pandemia y sus apariciones erráticas. El turismo vuelve a la cabeza del largo tren que supone la nueva normalidad para la nación.

En medio de todo, el bloqueo, el brutal, cínico y despiadado bloqueo, el peor lastre en la historia del archipiélago que no se doblega ante el imperialismo. Cualquier ser humano en su sano juicio entiende que es ilegal e inhumano intentar ahogar a un pueblo por hambre y enfermedades por el simple hecho de pensar y actuar diferente al destino que EEUU tiene reservado para Cuba. Eso se llama torpeza y genocidio, prepotencia y estupidez histórica, máxime cuando a la altura del siglo XXI es posible convivir en armonía y complementariedad.

Se acercan las elecciones más importantes del planeta por la implicación que tienen en materia de geopolítica y geoeconomía. Sin dudas la nación norteña se ha convertido en la enemigo de todos y se alza “jueza y parte” de sus propios intereses cuando debería andar de hermana y enseñar a convivir en paz, multilateralmente. Envueltas en un velo democrático también andan las intensiones del pueblo norteamericano, finalmente serán los consabidos delegados quienes seleccionen al presidente de acuerdo a designios que solo ellos y el “poder real” conocen.

Así andan las cosas a nuestro alrededor este amanecer. Ser parte no es una casualidad sino privilegio. La oportunidad de participar nos pertenece. Ejerzamos el derecho a la vida con responsabilidad militante. El reloj no se detiene.

*Colaborador de La Mala Palabra.

PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO

Por Conte Nieves*

Ponerse en el lugar del otro es una frase expresada frecuentemente por psicólogos, psiquiatras y en general por especialistas dedicados al comportamiento del ser humano. Ponerse en el lugar del otro significa en lenguaje coloquial, “calzarse los zapatos de otra persona”. 

Pero, si hay en la vida algo difícil es el tener la capacidad de tratar de sentir, pensar, y actuar como lo hace otra persona, para comprender las decisiones y actuaciones de esta.

Llevemos la frase ponerse en el lugar del otro al escenario pandémico de la Covid – 19 que vivimos actualmente y hagamos un esfuerzo mental para situarnos en el lugar de médicos, enfermeras, laboratoristas, técnicos, auxiliares de limpieza, pantristas, choferes, personal administrativo y cuadros de dirección y todos aquellos que de una forma u otra han estado vinculados en estos arduos meses de enfrentamiento a la Covid – 19, laborando en las zonas rojas de los hospitales, centros de investigaciones, como personal de apoyo y en la dirección del enfrentamiento a esta enfermedad.

En el caso de los que laboran en las zonas rojas o vinculados a contagiados, todos ponen en peligro sus vidas y esto no es una mera frase. Están sometidos al ciclo de cuarentena una vez que sus “tripulaciones” son rotadas y, por ende, además de tener la seria preocupación de no contaminar a sus familiares (esposos, hijos, madres, padres, abuelos, etc.) emocionalmente han sentido el distanciamiento afectivo de dejarlos atrás y complacerse con solo escuchar sus voces por el auricular de celulares y teléfonos. Han sentido angustia y las lágrimas han corrido por sus mejillas sin importar sexo, ante la disyuntiva de salvar vidas o preservarse; y la decisión ha sido salvar vidas.

También han estado expuestos a riesgos los que desde otros escalones del sistema de salud contribuyen al enfrentamiento de la Covid – 19 en centros de aislamientos para contactos y sospechosos, la atención primaria, policlínicos, y el personal de apoyo de todo tipo. Comentaba una doctora especialista en MGI médica de la familia: “A diario corremos riesgos, porque no sabemos, que puede tener el paciente que llega”. Cuestión cierta.

Necesaria mención hay que hacer de las fuerzas del Minint y las FAR que día y noche han estado cuidando la tranquilidad ciudadana y el orden a riesgo de ser contaminados. Y otros muchos, que tal vez se nos escape referencias.

Lo invito a ponerse en el lugar de cada uno ellos y percatémonos del heroísmo masivo de todas estas personas que pueden ser un vecino suyo o familiar. ¿Si correspondiera a Ud. estar en una de esas posiciones del enfrentamiento a la Covid -19, cómo le agradaría que actuaran los demás ante tamaño esfuerzo y sacrificio suyo?

Si Ud. deja su niñita o niñito de meses y se separa de su mamá o abuela enferma, o no puede ponerse en contacto físico con ninguno de sus seres queridos, cómo le gustaría que actuaran los demás a efecto de luchar por reducir y eliminar esta fantasmagórica enfermedad, que se ha convertido en la pesadilla del mundo. De seguro quisiera que las cosas se hicieran bien, desearía que las personas se cuidaran y evitaran llegar a los centros de aislamiento y mucho más a las zonas rojas. Luego, póngase en el lugar de ellos.

Siempre habrá indolentes e ignorantes que violarán todo lo necesario a hacer para no enfermar, pero cuidado, que sin que cunda el pánico, a ellos perfectamente les pudiera tocar el mal momento de estar contagiados. Este tipo de personas son los menos, y forman parte del grupo que tienen incapacidad para ponerse y evaluar el lugar del otro. Indolentes e ignorantes son especímenes que existen en todas partes del orbe.

Y si hablamos de ponerse en el lugar del otro y en aras de ser justo, ahora lo invito a situarse en el lugar de los dirigentes del Partido y el Gobierno y funcionarios en general, que han tenido sobre sus hombros llevar la dirección exitosa del enfrentamiento a la Covid – 19. Se imagina la enorme responsabilidad de evitar la pérdida de vidas humanas. Trate de situarse en la posición de ellos, ¿qué sentiría y pensaría y cómo actuaría Ud.? Este grupo de personas han actuado con un sentido de responsabilidad extraordinario, como siempre ha hecho la dirección de la Revolución Cubana, en contraste con el actuar de los gobiernos de otros países, incluso de aquellos países con abundantes riquezas.

Los vinculados con el enfrentamiento a la Covid – 19, tienen rostros de cansancio, ojeras, expresiones de preocupación y el enorme esfuerzo por cada día hacer lo que corresponde. No se trata de una apología a estas personas. Es que han sido meses de presión, de excesiva carga psíquica y física, y también de separación obligada de la familia. Pero se ha actuado con sentido del deber y de forma brillante e inteligente, en medio de la hostilidad asfixiante del gobierno de Estados Unidos.

Por eso es importante ponerse en el lugar del otro, calzar los zapatos del otro, para entender y comprender cómo es obligado actuar bien, actuar correctamente en medio de la Pandemia. Pero esta sugerencia, consejo o recomendación, es válida para la vida en general. No pierda de vista que para saber por dónde andan las cosas es imprescindible ponerse en el lugar del otro.

Faltaría, para cerrar las ideas, decir algo muy importante que pudiera molestar a los mercenarios que viven en nuestro país y que apoyan al gobierno de Estados Unidos y a los enemigos de la Revolución Cubana en general. ¿Si Uds. se contagian acudirán a Washington a curarse o a un centro de salud cubano?

Auguraron por Londres, en un centro de investigaciones o académico, que la Pandemia barrería en Cuba. Ilusos. Se olvidaron que este es el pueblo de Martí, Fidel y Raúl. Un pueblo sacrificado, esforzado y lleno de victorias. Y ahora, una vez más, el aporte de los científicos cubanos que, de seguro, hará que el virus salga trasquilado.  Estos resultados deprimen y molestan a los enemigos de la Revolución Cubana.

Pues bien, a ponernos en el lugar del otro y todo será mejor y actuaremos consecuentemente con las situaciones que enfrentemos. De esta también saldremos bien parados y vencedores.

*Colaborador de La Mala Palabra.

MEDITANDO ACERCA DE LA ANORMALIDAD PANDEMICA

Por Conte Nieves*

La Pandemia de la Covid – 19 no se ha acabado. Rebrotes surgen en varios países del mundo. Cuando escribí estas líneas, pensé que iban a estar fuera de contexto, porque en Cuba avanzábamos en el control de la enfermedad, pero me di cuenta que no es tan así. Esto sigue.

Cuando esto comenzó, habíamos escuchado hablar de pandemias y nos era una palabra distante, aunque el ébola nos acercó a ella, cuando vimos a nuestros médicos luchar contra esta enfermedad en África y más cerca aún, al ver que Félix, el médico cubano que la contrajo y estuvo en estado grave, logró salir satisfactoriamente de ella.

Las noticias sobre China a principios de enero de este año, nos asombraron a todos. Pero China está distante. Luego Europa, más tarde Estados Unidos, Canadá y América Latina y el Caribe.

La globalización de la comunicación, en su sentido más amplio, hizo que el virus se expandiera por el orbe y nos llegó.

El 11 de octubre cumplimos siete meses de medidas para enfrentar el Covid – 19 y nos ha costado trabajo entender las cuestiones básicas de protección: restricción al contacto con el distanciamiento físico, el uso del nasobuco y las medidas de higiene. Todos tenemos la información de qué hacer y cómo hacer para protegernos. Unos las han asumido, algunos han visto todo lejos de ellos y para otros, es como si el asunto no existiera.

Y a la altura de siete meses todo se hace más difícil, por lo prolongado de la situación. Tal parece que la indisciplina y la violación de las normas que se han establecido, es un fenómeno internacional, lo que no justifica esas actitudes.

Surge la interrogante de por qué si la disyuntiva es entre la vida o la muerte, algunas personas reaccionan negativamente y no se protegen.

¿Cómo llamarnos a capítulo para hacer las cosas correctamente?

Primero, sería interesante identificar que estamos ante una situación especial, muy especial, una situación de emergencia. Y pocos en el mundo están preparados normalmente para las situaciones especiales. Cuando pensamos en un pescador de altura o un marino mercante, ambos acostumbrados a largas travesías sin tocar puerto, a vivir aislados en los metros que tiene su embarcación, vivenciar las oscuras noches en alta mar y los embates del mar enfurecido, hay que percatarse que esos marinos, son hombres que se preparan para ese tipo de situaciones.

Similar situación se da con los submarinistas, que viven en condiciones extremadamente limitadas para las que tienen que prepararse física y mentalmente. O si pensamos en un piloto que tiene que estar en condiciones de enfrentar en pleno vuelo momentos inesperados y complejos, que requieren de destreza y autocontrol y para lo cual se preparan en centros de entrenamiento donde simulan las situaciones a las que podrán enfrentarse.

Pero para la Pandemia de la Covid – 19 la población del orbe no había recibido ningún entrenamiento.

De lo que se trata es de entender que la autopreparación para enfrentar la Pandemia es muy necesaria. Percátese que la palabra situación especial quiere decir que estamos ante una anormalidad y como los submarinistas y los pescadores, hay que ajustar el comportamiento. Como se dice en algunos países: “O lo haces o lo haces”, de lo contrario pereces tú y los tuyos.

Y no se trata de llamar al “Coco” para que nos asuste, es simplemente un problema de conservación personal.

Es sumamente difícil viviendo en una cuartería en Centro Habana, por solo mencionar un lugar, cuando posiblemente el baño sea colectivo, llevar a la práctica el aislamiento, y mantener un comportamiento tranquilo; cuando se está acostumbrado a salir del cuarto, estar en grupo en el patio o en la equina del barrio. Pero ahora hay que hacerlo. Ud. podrá ser indisciplinado, intranquilo, no importarle por lo general nada. Ahora tiene que llamarse a la cordura y saber que, si no hace lo que corresponde, Ud., su familia y sus vecinos, sufrirán las consecuencias de sus actos. 

Es extraordinariamente difícil estar por semanas y meses encerrados en un apartamento limitado de todo movimiento y acompañado de niños. Pensando que cuando termine todo esto tendrá que reparar el apartamento. Pero es así de especial la situación. Hay que hacerlo. Se requiere buscar recursos y recursos y ver como el día no se acaba cuando ya lo planificado no alcanza. Ocuparse, no permitir que la desesperación, la depresión o el aburrimiento dominen su conducta. Es en los momentos difíciles que el ser humano tiene que demostrarse que puede.

Y las circunstancias especiales pueden llevar a comportamientos límites. Esos comportamientos hay que evitarlos. No pierda el control de su mente ni de su cuerpo. ¿De qué hablamos? ¿Ud. vio la última noche del Titanic? Recuerda los momentos de pánico de los viajeros y la tripulación. Corrían de un lado a otro desesperados. Salvando las distancias, ese es el comportamiento que Ud. debe evitar. No se dé espacio para ello. Y cuando se le acaben las reservas de recursos busque más. Nunca llegue al final. Cómo dice el Sargento García (del serial “El Zorro”): “¡Que no cunda el pánico! Hay un ejercicio en Física que dice que “al conejo le falta siempre la mitad del espacio para llegar al final”. Esto quiere decir que nunca puede el conejo llegar al final. Bueno, esa es la moraleja, Ud. nunca se dejará llegar al límite ni a la depresión más aguda porque se acordará del conejo para no poder llegar al final. Recuerde, no dé espacio al agotamiento psíquico ni a la carga psíquica negativa. Esta es hora de mucho pensamiento positivo, hacer planes, escuchar música, “disfrutar” la anormalidad, sacarle provecho. Posponga los combates familiares y personales.

La Revolución nos enseñó en estas décadas, y más allá de una consigna, es algo muy práctico que tiene aplicación en la vida individual: “Convertir el revés en victoria”. Esa es una de las grandes enseñanzas de Fidel.

Identifiquemos que estamos en una situación especial y por ende ella lleva autopreparación. Identifiquemos que estamos viviendo un momento que no hemos vivido con anterioridad. Momento que lleva nuestra preparación mental. De no prepararnos, de no identificar que toda esta situación es compleja y extraordinaria, no podremos regular nuestro comportamiento y hacer las cosas que se requieren y que demandan esfuerzos de todo tipo de nosotros.

Ud. se preguntará: ¿es posible hacerlo? La respuesta es: claro que puede. Todo lo que haga otro ser humano, si Ud. se prepara, Ud. será capaz de hacerlo. Si los pescadores, los marinos mercantes, los submarinistas, los pilotos y otros pueden, Ud. también puede.

Hay que luchar por preservar la vida nuestra y la de los demás, para después poder encontrarnos, compartir, abrazarnos y darnos todo el cariño que sentimos unos por otros. El sentido de todo es evitar ingresar en las estadísticas. 

Y ahora que estamos entrando en la “Tercera Temporada pandémica”, no vaya a valorar que ya esto se acabó porque hay territorios en la nación que han entrado en fases donde se levantaron algunas de las medidas extremas tomadas. Esto sigue. El virus no se ha ido. Escuchemos con atención a los expertos y especialistas. Solo con nuestra inteligencia y cooperación la reducción de esta enfermedad se logrará, pero para ello hay que estar preparado y consciente de que estamos en una situación especial y ella implica autopreparación.

Con el arribo a la “Tercera Temporada pandémica”, las autoridades nos han orientado todo lo necesario a hacer. Y se ha demostrado que el virus es controlable si hacemos lo que se requiere.

*Colaborador de La Mala Palabra.