MEDITANDO ACERCA DE LA ANORMALIDAD PANDEMICA

Por Conte Nieves*

La Pandemia de la Covid – 19 no se ha acabado. Rebrotes surgen en varios países del mundo. Cuando escribí estas líneas, pensé que iban a estar fuera de contexto, porque en Cuba avanzábamos en el control de la enfermedad, pero me di cuenta que no es tan así. Esto sigue.

Cuando esto comenzó, habíamos escuchado hablar de pandemias y nos era una palabra distante, aunque el ébola nos acercó a ella, cuando vimos a nuestros médicos luchar contra esta enfermedad en África y más cerca aún, al ver que Félix, el médico cubano que la contrajo y estuvo en estado grave, logró salir satisfactoriamente de ella.

Las noticias sobre China a principios de enero de este año, nos asombraron a todos. Pero China está distante. Luego Europa, más tarde Estados Unidos, Canadá y América Latina y el Caribe.

La globalización de la comunicación, en su sentido más amplio, hizo que el virus se expandiera por el orbe y nos llegó.

El 11 de octubre cumplimos siete meses de medidas para enfrentar el Covid – 19 y nos ha costado trabajo entender las cuestiones básicas de protección: restricción al contacto con el distanciamiento físico, el uso del nasobuco y las medidas de higiene. Todos tenemos la información de qué hacer y cómo hacer para protegernos. Unos las han asumido, algunos han visto todo lejos de ellos y para otros, es como si el asunto no existiera.

Y a la altura de siete meses todo se hace más difícil, por lo prolongado de la situación. Tal parece que la indisciplina y la violación de las normas que se han establecido, es un fenómeno internacional, lo que no justifica esas actitudes.

Surge la interrogante de por qué si la disyuntiva es entre la vida o la muerte, algunas personas reaccionan negativamente y no se protegen.

¿Cómo llamarnos a capítulo para hacer las cosas correctamente?

Primero, sería interesante identificar que estamos ante una situación especial, muy especial, una situación de emergencia. Y pocos en el mundo están preparados normalmente para las situaciones especiales. Cuando pensamos en un pescador de altura o un marino mercante, ambos acostumbrados a largas travesías sin tocar puerto, a vivir aislados en los metros que tiene su embarcación, vivenciar las oscuras noches en alta mar y los embates del mar enfurecido, hay que percatarse que esos marinos, son hombres que se preparan para ese tipo de situaciones.

Similar situación se da con los submarinistas, que viven en condiciones extremadamente limitadas para las que tienen que prepararse física y mentalmente. O si pensamos en un piloto que tiene que estar en condiciones de enfrentar en pleno vuelo momentos inesperados y complejos, que requieren de destreza y autocontrol y para lo cual se preparan en centros de entrenamiento donde simulan las situaciones a las que podrán enfrentarse.

Pero para la Pandemia de la Covid – 19 la población del orbe no había recibido ningún entrenamiento.

De lo que se trata es de entender que la autopreparación para enfrentar la Pandemia es muy necesaria. Percátese que la palabra situación especial quiere decir que estamos ante una anormalidad y como los submarinistas y los pescadores, hay que ajustar el comportamiento. Como se dice en algunos países: “O lo haces o lo haces”, de lo contrario pereces tú y los tuyos.

Y no se trata de llamar al “Coco” para que nos asuste, es simplemente un problema de conservación personal.

Es sumamente difícil viviendo en una cuartería en Centro Habana, por solo mencionar un lugar, cuando posiblemente el baño sea colectivo, llevar a la práctica el aislamiento, y mantener un comportamiento tranquilo; cuando se está acostumbrado a salir del cuarto, estar en grupo en el patio o en la equina del barrio. Pero ahora hay que hacerlo. Ud. podrá ser indisciplinado, intranquilo, no importarle por lo general nada. Ahora tiene que llamarse a la cordura y saber que, si no hace lo que corresponde, Ud., su familia y sus vecinos, sufrirán las consecuencias de sus actos. 

Es extraordinariamente difícil estar por semanas y meses encerrados en un apartamento limitado de todo movimiento y acompañado de niños. Pensando que cuando termine todo esto tendrá que reparar el apartamento. Pero es así de especial la situación. Hay que hacerlo. Se requiere buscar recursos y recursos y ver como el día no se acaba cuando ya lo planificado no alcanza. Ocuparse, no permitir que la desesperación, la depresión o el aburrimiento dominen su conducta. Es en los momentos difíciles que el ser humano tiene que demostrarse que puede.

Y las circunstancias especiales pueden llevar a comportamientos límites. Esos comportamientos hay que evitarlos. No pierda el control de su mente ni de su cuerpo. ¿De qué hablamos? ¿Ud. vio la última noche del Titanic? Recuerda los momentos de pánico de los viajeros y la tripulación. Corrían de un lado a otro desesperados. Salvando las distancias, ese es el comportamiento que Ud. debe evitar. No se dé espacio para ello. Y cuando se le acaben las reservas de recursos busque más. Nunca llegue al final. Cómo dice el Sargento García (del serial “El Zorro”): “¡Que no cunda el pánico! Hay un ejercicio en Física que dice que “al conejo le falta siempre la mitad del espacio para llegar al final”. Esto quiere decir que nunca puede el conejo llegar al final. Bueno, esa es la moraleja, Ud. nunca se dejará llegar al límite ni a la depresión más aguda porque se acordará del conejo para no poder llegar al final. Recuerde, no dé espacio al agotamiento psíquico ni a la carga psíquica negativa. Esta es hora de mucho pensamiento positivo, hacer planes, escuchar música, “disfrutar” la anormalidad, sacarle provecho. Posponga los combates familiares y personales.

La Revolución nos enseñó en estas décadas, y más allá de una consigna, es algo muy práctico que tiene aplicación en la vida individual: “Convertir el revés en victoria”. Esa es una de las grandes enseñanzas de Fidel.

Identifiquemos que estamos en una situación especial y por ende ella lleva autopreparación. Identifiquemos que estamos viviendo un momento que no hemos vivido con anterioridad. Momento que lleva nuestra preparación mental. De no prepararnos, de no identificar que toda esta situación es compleja y extraordinaria, no podremos regular nuestro comportamiento y hacer las cosas que se requieren y que demandan esfuerzos de todo tipo de nosotros.

Ud. se preguntará: ¿es posible hacerlo? La respuesta es: claro que puede. Todo lo que haga otro ser humano, si Ud. se prepara, Ud. será capaz de hacerlo. Si los pescadores, los marinos mercantes, los submarinistas, los pilotos y otros pueden, Ud. también puede.

Hay que luchar por preservar la vida nuestra y la de los demás, para después poder encontrarnos, compartir, abrazarnos y darnos todo el cariño que sentimos unos por otros. El sentido de todo es evitar ingresar en las estadísticas. 

Y ahora que estamos entrando en la “Tercera Temporada pandémica”, no vaya a valorar que ya esto se acabó porque hay territorios en la nación que han entrado en fases donde se levantaron algunas de las medidas extremas tomadas. Esto sigue. El virus no se ha ido. Escuchemos con atención a los expertos y especialistas. Solo con nuestra inteligencia y cooperación la reducción de esta enfermedad se logrará, pero para ello hay que estar preparado y consciente de que estamos en una situación especial y ella implica autopreparación.

Con el arribo a la “Tercera Temporada pandémica”, las autoridades nos han orientado todo lo necesario a hacer. Y se ha demostrado que el virus es controlable si hacemos lo que se requiere.

*Colaborador de La Mala Palabra.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s