Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
No pretendo cambiarle el género de criolla a la composición de Luis Casas Romero y hago loas al poeta Sergio La Villa por su hermosa y patriótica letra, tampoco competirle a Santi y Frank la magistral versión del tema incluido en el álbum Con olor a manigua.
Hace poco más de años, una amiga residente en Ecuador, con la que había mantenido largas «tertulias» por Messenger sobre el proyecto de la nueva constitución, mencionó o publicó (ahora no recuerdo) el tema musical y, en una desacostumbrada confesión, le dije «esa era la canción de cuna» que mi madre nos cantaba a mi hermano y a mí.
La amiga me envió un audio con la canción y la conversación duró poco, recién había fallecido mi madre y los nudos en la garganta inmovilizaron los impulsos a los dedos sobre el teclado.
Todavía hoy me pregunto el porqué de su elección como canción de cuna, quizá, por su origen guajiro, quizá, por su sentimiento patriótico y bella melodía, pero me llama la atención que a mis hijos yo los dormía «murmurándoles» la melodía de La Varsoviana, quizá, solo es culpa de los genes.
En fin, ya no lo sabré y me conformo con el hecho de que aquel arrullo amoroso, mi canción de cuna, haya calado profundo en mi amor por Cuba.
Acá les dejo la letra y el maravilloso clip del director Roly Peña.
El mambí
Allá en el año noventa y cinco, Y por las selvas del Mayarí,
Una mañana dejé el bohío,
Y a la manigua salió un mambí.
Una cubana que era mi encanto,
A quien la noche llorando vio, Y al otro día con su caballo
Buscó mis huellas y me siguió.
Aquella niña de faz trigueña
Y ojos más negros que la maldad, Unió sus fuerzas a mi fiereza,
Y dio su vida a la libertad.
Un día triste cayó a mi lado;
Su hermoso pecho sangrando vi, Y desde entonces fue ardiente,
Cuba adorada mi amor por ti.
*Editor de La Mala Palabra