Se está arrimando un día feliz, cantaba el poeta, pero en Enero, digo yo; entonces el poeta terminaría: Y a mí me escarba la ansiedad/Me escarba hondo, acá, en lo blando/Me escarba simple, de escarbar/Como para que se hunda más/El día feliz que está llegando…
Y se me antoja imaginar que ese sentimiento lo comparto con cientos, quizá, miles de millones de habitantes del planeta, que ansiosos, como yo, estaban esperando este 20 de enero de 2021, probablemente, con más emoción que la experimentada al despedir el viejo año y recibir este.
Hoy acaba la larga noche de cuatro años de tinieblas que “nos regalara” el arcaico sistema electoral norteamericano al designar a un imbécil, misógino, xenófobo y narcisista como inquilino de la Casa Blanca.
Sus acólitos decían que no había iniciado ninguna guerra, se referían a lanzar Tomahawk o GBU-28, porque en lo que a guerra se refiere, ese despreciable ser hizo de todo para rendir a Cuba, Venezuela y Nicaragua… pero no pudo.
Por si fuera poco, se enfrascó en una escalada de sanciones económicas contra Irán, la RPDC, Rusia y China, sin lograr rendir a estas naciones.
No creó la COVID-19 (?), pero sus egoístas acciones tributaron a la propagación de la epidemia y a hacer más inseguro a su país y al mundo.
Para colmo, tras infructuosos intentos de demostrar un fraude que no existió para secuestrar otros cuatro años la presidencia, lanzó el zarpazo de fiera herida y azuzó a la fanaticada fundamentalista sobre el Congreso, mientras él, apacible y a buen recaudo, observaba el espectáculo de enajenación y terror.
Hoy, cuando Biden jure lealtad a la Constitución, comenzará un nuevo episodio en el que deberá aprender, junto a Norteamérica, a enfrentar eficientemente la pandemia, a interrelacionarse con amigos y enemigos o adversarios, según el término que escoja, a deshacer el desastre de su antecesor con el medioambiente, a reunificar familias irracional y brutalmente separadas, entre otras muchas tareas.
No aprecio que Cuba sea una prioridad, ya obstaculizada por su inclusión en “la lista negra” de países terroristas o patrocinadores de ese flagelo, por lo que sus primeras órdenes ejecutivas no nos beneficiarán de forma directa, pero Biden tiene la posibilidad única de pasar a la historia como el Mr. President que dio el vuelco a más de 60 años de bloqueo a Cuba, no para ayudarnos a construir el socialismo, sino para destruirnos “a lo Obama”, retomando los “cantos de sirenas”.
Nuestra misión es, en este medio complejo, luchar y defender el sueño de la mayoría de los cubanos.
Metámosles el corazón a la mejor enseñanza de #Fidel esa que nos trajo hasta aquí: #ResistirYVencer
Mañana el mundo no será mejor, pero puede ser un buen comienzo.
Los sueños de justicia y paz para Cuba llegaron juntos el 1ro. de enero de 1959. Un grupo de barbudos, liderados por Fidel, con el apoyo multitudinario del pueblo y de células del 26 de Julio y el Directorio Revolucionario que, diseminadas por el mundo, entregaron de sí no solo esfuerzo, inteligencia y dineros recolectados a través de bonos y donaciones, también derrocharon valor y arrojo.
Concertar los múltiples intereses que condujeron a la colaboración de todas las fuerzas, incluso hasta con la vida, no debió ser fácil para aquellos jóvenes formados al calor de la lucha, esencialmente bajo los principios martianos, incipientemente estudiados y desarrollados en la tercera década del silo XIX. No dejar morir al apóstol en el año de su centenario no solo fue un aforismo, más que nada se convirtió en axioma o asidero ideológico de aquella generación.
Por otra parte, lo que fue el plan Marshall para Europa resultó, de otro modo más directo y brutal, para los Estados Unidos el Marcartismo. El imperio desató “la cacería de brujas” más grande reconocida por la historia. Personas que tuvieran un pensamiento progresista fueron anulados o aniquilados (por ahí anda la lista aún sangrante). Era la lucha, después de la Segunda Guerra Mundial, por aplacar el comunismo triunfante o por lo menos disipar los vapores que se levantaban aquí y allá.
Nunca antes la humanidad fue sometida a presiones similares y por todos los medios. Las finanzas y la economía fueron torniquetes a través de “Fondos y Planes”, por igual los medios de comunicación, el cine, el chantaje político, los mecanismos de la mafia real y verdadera, junto a un poderío militar renovado, jugaron su rol en la conciencia. Europa caía de rodillas ante los Estados Unidos, la nebulosa de Normandía cegaba a personas e instituciones. Para ese entonces, transcurrían los cinco años negros de la post guerra. Las naciones repartidas, resentidas y subyugadas se encontraban adormecidas. En cambio Cuba y su revolución eran adolescentes madurando en una especie de tornillo de banco bien ajustado.
Nadie en su sano juicio puede negar la hombrada del Comandante al tener que lidiar con los intereses de tantas fuerzas pujantes y amenazas declaradas y ocultas. Nadie de nosotros hoy —estudiados e instruidos— lo hubiera hecho mejor. Sus discursos, eso sí, son el reflejo de la genialidad para aglutinar alrededor de en un proceso que no radicalizó hasta bien entrado los 70’. Unir tantas partes requirió elocuencia y suspicacia manifiestas en los parlamentos iniciales y sucesivos.
A veces intentamos “develar” —a partir de la revisión crítica— si hubo cambios en las líneas de pensamiento y acción de la Revolución desde los inicios hasta el presente. Desde mi modesto entender, hubo un profundo pensamiento táctico y estratégico, cuyo propósito principal estuvo dirigido a salvar la Revolución concebida “con todos y para el bien de todos”, renovando lo necesario en su carácter dialéctico, de acuerdo a circunstancias tensionantes y concretas. Desde esta perspectiva nos acercaríamos más “sanos” al “tándem” de ideas expuestas durante los días gloriosos y no habrá mucho que criticar y sí que respetar.
Ténganse en cuenta, queridos analistas, académicos, politólogos y críticos, que fueron los tiempos de mayores sacrificios para que hoy gocemos de libertades, hasta para cuestionar. No podemos (exonero el debemos) desconocer un proceso de carácter histórico cultural tan profundo.
11 de enero 1980: Muere la destacada revolucionaria Celia Sánchez Manduley.
Celia Sánchez Manduley, se dedicó, en cuerpo y alma a la Cuba🇨🇺, que amaba y debía rescatar para el futuro, fue una combatiente revolucionaria y política que integró el Movimiento 26 de Julio, donde organizó por orientaciones de Frank País la red clandestina de campesinos que fue vital para la supervivencia de la guerrilla dirigida por Fidel Castro en la Sierra Maestra.
Era una mujer de una sencillez que asombraba a todos, modesta, que causaba gran admiración y respeto, caracterizada por su entrega sin límites al trabajo.
A ella se le debe también una gran parte de los documentos históricos originales que atesora hoy el gobierno cubano, en sus archivos y oficinas centrales.
Hoy más que nunca, en el 45 aniversario de su desaparición física, podemos afirmar que Celia no ha muerto, ella está presente en cada obra, en cada accionar de nuestro pueblo, en sus mujeres, permanecerá entre las flores y los helechos de nuestra amada e histórica Sierra Maestra.
La cabeza de Humberto López quedará sobre sus hombros erguida y al que no le guste que se compre un yoyo 🪀
Autor: Pedro Jorge Velázquez
Desde el anterior fin de semana, en las redes sociales han surgido varias opiniones para agradecer o criticar el trabajo de Humberto López, actualmente periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana. Pude comprobar, mediante un post que realicé en Facebook, el cariño que tiene el pueblo por Humberto. Más de 2 mil compartidos, 5 mil comentarios (la gran mayoría para agradecerle) y casi 10 mil likes le han dedicado los usuarios a Humberto. Sin embargo, una vertiente de opinión (minoritaria) que incluye algunos intelectuales, periodistas y activistas han hecho notar a Humberto López como un difamador, al colmo de pedir que su cabeza sea cortada de nuestras emisiones reporteriles. Como el tema aún no se agota y la polémica crece, me he dispuesto a emitir un nuevo criterio sobre el trabajo de Humberto López en el noticiero del pasado sábado.
#DeLaHistoria
10 de enero de 1929 Asesinato de Julio Antonio Mella
Machado, el asno con garras, a finales de 1928 inició una campaña que tenía como objetivo desprestigiar al líder revolucionario ante su pueblo y preparar las condiciones para su asesinato.
El dictador había declarado que perseguiría a Mella “donde quiera que fuere”, y dio órdenes a J. B. Alemán, secretario de Educación y alembajador Guillermo Fernández Mascaró para que se hicieran con el gobierno de México las gestiones de extradición.
México había acogido con los brazos abiertos a los cubanos que luchaban por los ideales revolucionarios y la soberanía de las naciones latinoamericanas, por lo que el estudiantado mexicano hizo
presente su indignación contra la macabra solicitud y el gobierno respetó el derecho de asilo y no
accedió a la solicitud de extradición de Mella y sus compañeros.
Ante el fracaso de estas gestiones,
Machado decidió impartir las ordenes para asesinar a Mella.
En la criminal conjura participaron el comandante Trujillo, jefe de la Policía Secreta, José Magriñat, agente machadista y dos hampones que eran los que debían ejecutar el crimen. Para ello contaron con la ayuda de los sectores más reaccionarios de la burguesía mexicana.
A las diez de la noche, después de asistir a una reunión del Socorro Rojo, caminaba hacia su casa en compañía de Tina Modotti.
Cerca de la esquina formada por las calles Morelos y Abraham González, dos pistoleros aprovechando las sombras de la noche y ocultos tras una valla le hicieron dos disparos. Una bala le penetró por la espalda, ligeramente a la izquierda y salió por la esquina del ombligo hacia la derecha; y la otra le afectó el codo izquierdo.
Mella, sintiéndose herido, trató de ponerse a salvo cruzando la calle, pero enseguida cayó, mientras Tina pedía auxilio y trataba de encontrar un automóvil donde trasladarlo a un hospital.
Su última y conmovedora frase fue: “Muero por la Revolución”.
Mella fue un ejemplo reiterado en América Latina del joven luchador que, sin haber venido de la clase obrera, la abrazó y la dirigió en la búsqueda de nuestra definitiva independencia.
El hombre (genérico) es un eterno inconforme, actitud que ha condicionado, en innumerables ocasiones, la ruptura con cánones, estereotipos y modos de hacer para avanzar en su evolución como ser social y en el propio desarrollo de la sociedad.
Esa ha sido la historia desde que el andar erguido, el desarrollo de la mano y el cerebro, el lenguaje simbólico articulado y la vida en comunidad nos separaron del resto de las especies, dicho de forma sencilla, con total respeto a los estudios, investigaciones y resultados de los especialistas, amén de la ciencia escogida.
Así sabemos que nuestros antecesores fueron carroñeros, antes de aprender a cazar, cultivar la tierra y fomentar rebaños para la alimentación, a la par del desarrollo de otros que no deseaban hacerlo y se dedicaron, muertes mediante de sus semejantes «distintos», al robo y el pillaje, lo que evolucionó el arte de matar, esclavizar y apropiar del bien ajeno, surgiendo el término «saqueo».
Dice la Wiki que saqueo es la toma o el apoderamiento ilegítimo e indiscriminado de bienes ajenos: por la fuerza, como parte de una victoria política o militar; en el transcurso de una catástrofe o tumulto, como en una guerra, o bien «pacíficamente, aprovechando el descuido o la falta de vigilancia de los bienes». (entrecomillado del autor)
Pues bien, estas líneas no van de Gengis Kan o Morgan, tampoco del ficticio Jack Sparrow, sino de esos que se llaman como tú o yo, Félix (por el padre Varela y aquel polaco rojo-rojito), Esteban o Alina, nombres tan comunes como cualquier otro, pero que, a diferencia del autor, se han dado a la tarea, ya por hobby, resentimientos, necesidad de reconocimiento social o remuneración, de secuestrarnos la historia, «saquearla» y privarnos de las raíces y esencias de nuestra existencia como nación.
Nadie piense que estos «saqueadores» se aparecen con puñales entre los dientes o mosquetes cargados de pólvora, no, sería un error.
Estos nuevos «saqueadores» usan sus ordenadores o teléfonos móviles con destreza y limpieza gramatical para disfrazar «la nueva historia» de «ciencia» y ofrecernos una reinterpretación de los hechos y sus protagonistas, al tiempo que se aventuran con «datos irrefutables», que no soportan el más mínimo escrutinio, a sembrar la desidía, el temor y la desconfianza para sustraernos y «reinventarnos» nuestro asidero teórico: el Marxismo.
Allí posan más marxistas que Marx y más leninistas que Lenin, nos llaman viles* y dogmáticos, sin dejar de mencionar al bloqueo (sería descaro), pero deslizándolo solo en un par de líneas, cual si fuera bastante y suficiente para describir, amén de nuestros errores, las penurias ocasionadas al pueblo por esa forma de guerra.
Un solo ejemplo: uno de estos «saqueadores» (genérico) afirma que «los debates de la Constituyente de 1940 llegaron a todos los rincones del país».
¿Se imaginan? En un país con 600 mil desempleados, 200 mil familias sin una vara de tierra donde sembrar, 400 mil familias viviendo hacinadas, 1 millón de analfabetos y otro millón de semianalfabetos, con 1 radio por cada 111 habitantes, donde la electricidad llegaba solo a cerca del 50% de la población, decir que «los debates llegaron a todos los rincones del país», es sencillamente una burla del tipo en la que el emisor confía que nadie escrutará la veracidad de lo afirmado.
¿Cuál era el objetivo de tal afirmación? Deslegitimar el proceso de análisis y debates de la nueva Constitución, esa que nos aprobamos, en referendum, el 10 de abril de 2019.
Son estos «saqueadores» de la historia a los que debemos, desde la ciencia y asidos a nuestras raices, desenmascar.
Ellos están ahí, lo sabemos y ellos saben que desde esta trinchera (aula, foro, evento) estaremos descubriendo cada uno de sus ataques, cada intento de «saqueo», aunque nos lo traten de narrar al estilo de Hans Christian Andersen, con el perdón del autor danés.
Recuerdan el entrecomillado en la definición de saqueo como la toma o el apoderamiento ilegítimo e indiscriminado de bienes ajenos… «pacíficamente, aprovechando el descuido o la falta de vigilancia de los bienes», pues bien, traigo a la memoria las últimas palabras de Fuçik: «Hombres os he amado. ¡Estad alerta!»
En la madrugada del 9 de enero de 1992, cuando Yuri Gómez, Orosmán Dueñas Valero, Rafael Guevara Borges y Rolando Pérez Quintosa, cumplían con su servicio de guardia en el puesto fronterizo Base Náutica de Tarará, un grupo de elementos contrarrevolucionarios que intentaban robar una embarcación para salir ilegalmente del país los atacó en la oscuridad y los desarmó. Los amarraron a los cuatro y los ametrallaron. Dueñas Valero, Gómez Reinoso y Guevara Borges fallecieron en pocas horas, y Pérez Quintosa resultó herido de muerte (con cuatro impactos en el abdomen) y falleció el 16 de febrero de 1992.
Sucesos como este fueron preparados y promovidos por el gobierno de los Estados Unidos 🇺🇸 con su Ley de Ajuste Cubano (aprobada en EEUU 🇺🇸 con el fin de estimular a los cubanos a abandonar el país de forma ilegal, poniendo en peligro sus vidas, bajo la ilusión del sueño americano).
De la historia: 8 de enero de 1959, entrada de la Caravana de la Libertad a La Habana.
Entre los días 2 y 8 de enero de 1959, tras haber recorrido más de mil kilómetros y ser recibidos con júbilo, durante todo el trayecto por el pueblo de Cuba🇨🇺, hacen su entrada triunfal en La Habana los victoriosos combatientes de la Sierra Maestra encabezados por Fidel Castro.
#ProhibidoOlvidar
#SomosContinuidad
#CubaViva
Vivimos tiempos difíciles, las decisiones del país no lo son menos, se trata de supervivir ante la guerra económica, comercial y financiera de EEUU y enfrentar, además, una pandemia que asola a la humanidad.
A lo primero estamos acostumbrados, el imperio nos conoce y le conocemos, sabe el «revuelto y brutal» que jamás nos rendiremos; lo segundo es nuevo, pandemias tan letales solo se leían en libros, hoy vivimos día a día luchando contra sus efectos y también saldremos adelante.
Como si ello no fuera suficiente, continuan apareciendo «actores» empeñados en joderle la existencia a la gente y de ello van estas líneas.
Hoy, 5/1/2021, muchas madres (también padres), al terminar su jornada laboral, quizá un poco antes, salieron de sus centros de trabajo a procurar un regalo o presente a sus hijos, un regalo que cumpliera «la regla de las 3 B» (bueno, bonito y barato), y dirigieron sus pasos a la tienda Arcoiris de la cadena Caribe, situada en la calle Obispo, Habana Vieja.
Allí, a las 5:00 pm, habrían poco menos de 20 personas, la inmensa mayoría mujeres, que esperaban para acceder y comprar no más dos juguetes por persona, mantenían la cola organizada y todo transcurría de forma tranquila hasta que de la tienda salieron 2 hombres con igual número de cajas (cada una con suficiente capacidad para varios juguetes), las introdujeron en un auto y uno de ellos regresó a por otra caja, lo que resultó en «la gota que rebosó la copa».
Las personas comenzaron a protestar, en lo que estos se alejaban, e increparon a los dependientes (solo uno atendía a los clientes) y la respuesta de una de ellas fue preguntar a los de la cola porqué no le habían hecho fotos a los que salieron con las cajas. ¿Burla?¿Irrespeto?
La actitud chabacana de esa empleada fue el detonante, las personas se alteraron y arribaron al lugar 4 agentes del orden, los que, con diligencia y la colaboración de todos, lograron contener los ánimos caldeados, escucharon las quejas y facilitaron el acceso de una muchacha de la cola al interior de la tienda, tal y como acordara el resto de los presentes, para que el/la gerente diera una explicación por el maltrato recibido.
El esfuerzo fue baldío, la persona (hombre) que la «no-atendió», explicó que, a las 4:30 pm, habían recogido los carnés de identidad de los que pasarían, ya que a las 6:00 pm cerraban la tienda y que eso era todo.
No dio ninguna explicación por haber estado, antes de las 5:00 pm, por más de 40 minutos sin abrir la puerta de la tienda, aunque no había nadie comprando, tampoco argumentó del porqué, entre las 5:00 pm y las 6:00 pm, no entraron a la tienda más de 5 personas, pero lo alucinante fue cuando ese sujeto se negó a identificarse en uso de «su derecho a no dar su nombre ni decir su cargo», además de espetar o esputar que «nadie podía hacerle fotos», aunque él mismo se aventuró a fotografiar a la muchacha mientras esta hablaba con otra trabajadora, «gesto» que le fue devuelto por la «elegida» por la cola.
En resumen, varias familias se fueron a sus casas sin un sencillo juguete para sus hijos, iban dolidos sin que el evento hubiera mellado su coraza de pueblo, pero los niños y niñas (de esas familias) amanecerán mañana sin el presente deseado.
Por otra parte, los directivos (aun ausentes son responsables por el actuar de sus empledos) y los dependientes de la juguetería de Obispo (Arcoiris) fueron irrespetuosos e indolentes.
Ellos son la causa de esta nota y deberían responder ante sus directores, ya que no tuvieron la decencia ni el valor de dar la cara a las personas que acababan de avasallar.
Actitudes como esa son las que laceran al pueblo y empañan el esfuerzo de todos por seguir adelante.
La indolencia de los directivos y empleados de esa tienda resultó en la afrenta a esos padres y en el secuestro de ese instante de felicidad de sus hijos.
La vileza o “acción de baja dignidad”, aparece definida antes de la palabra vilipendiar en el Diccionario Cervantes, esta última apunta a la “acción de denigrar o cubrir de ignominia”.
Por entropías del autor, ambas resultarán imprescindibles para “mover” hasta el final el siguiente texto, intentando, desde la percepción de un cubano común – albañil-, interpretar el Marxismo como herramienta para replantear y estructurar el acervo cultural que, por 62 años de Revolución, sustenta conceptos y acomoda definiciones entre palmas reales y estrellas.
No intentaré un paso más sin definir, de plano, el concepto de revisionismo, tampoco utilizaré los aparecidos en diccionarios filosóficos u otros textos asociados.
Algún entendido visualiza el revisionismo como resultado de la “actitud de aquellos que ponen en tela de juicio las bases de una doctrina”, otros lo esbozan como “la tendencia a someter a revisión metódica doctrinas, interpretaciones o prácticas establecidas con la intensión de actualizarla”. Por la discreta amplitud conceptual, utilizaré en lo adelante la última definición, pues considera las relaciones “revisión metódica”, “práctica establecida” e “intensión de actualizarla” y como este albañil es tropical y un tanto ecléctico, emplearé de la primera “el ladrillo” que refiere la “actitud de aquellos”, sin pretender ser marcadamente peyorativo.
De tal modo, y para ajustarnos al contexto, radicalizaré posición declarando que el revisionismo es visto como el sutil desmontaje practicado a la teoría marxista y particularmente al materialismo dialéctico, con la intención marcada de colocar maniatada ante el paredón – y con vendas en los ojos– su implementación en Cuba, calificándolo como desechable, máxime cuando para ello no habían referentes de su práctica en una región geográfica de acentuada cultura colonial.
Es así que nos “secuestran”, de forma especulativa, el asidero teórico, hasta llegar a confundir y desplazar del camino intenciones y voluntades de transición al comunismo, y, por último, desgastar y finiquitar el proceso revolucionario, como vía expedita escogida para lograrlo, desde una aparente posición de acompañamiento.
Planteados los términos, estamos en condiciones de proponer al lector nuestra primera hipótesis de análisis: si la revisión de la praxis del marxismo en Cuba ha sido solo fruto de la “actitud de aquellos” (llámese interpretación), entonces el resultado de dicho esfuerzo en el plano especulativo –y toda seriedad y reconocimiento de las propuestas– será vano por carencias de los fundamentos del método científico.
Sin más, el resultado deja de ser ciencia y se convierte en cavilaciones personales publicadas en blogs o redes con el fin de aglutinar adeptos y conformar una base de “tiradores” internos y externos que asumen –voluntariosos– la intención de “actualizar” nuestra doctrina y resquebrajar la unidad intelectual y académica en torno al proyecto revolucionario.
De ahí, se constituyen en improvisados intelectuales sin aportes significativos o reconocidos a la teoría en el campo de las ciencias sociales y filosóficas por el que se aventuran, cuyas únicas tesis visibles redundan en “alcanzar el cielo por asalto”, arañando, en muchos casos, la necesidad de reconocimiento personal.
Simplemente, no son entes capaces de sustentar la crítica mediante un entremado de métodos y técnicas de investigación, reconocidas por la ciencia, y mucho menos hacer propuestas contundentes que inviten, de algún modo, “secundar”.
De experiencias, vivencias y “buenas intenciones” está empedrado el camino del revisionismo, siendo para Cuba el simple modo de “calentar” el escenario ideológico a partir de la radicalización de la teoría crítica o teoría del capitalismo tardío (1920), ampliamente promovida en Latinoamérica y extendida a los centros de pensamiento (llámense universidades) con el afán de criticar las trasnformaciones, especialmente las que, décadas después, apuntaron al comunismo y la generalización del ejemplo de Cuba.
Llegado a este punto, y como “la guerra es a pensamiento”, cojamos una porción de mezcla científica de la arteza con que construimos este modesto valladar ideológico, pero tomemos exactamente la definición del propio Google sobre teoría crítica, y dice: “el conocimiento (que) está mediado por la experiencia del sujeto (entiéndase fenomenológico), así como por su contexto histórico, político, económico y social, y sostiene que tantos los intereses teóricos como los no teóricos influyen en la forma en que se organiza, y construye el conocimiento” (ahí la “píldora edulcorada” o “supositorio con quimbombó”).
Visto así, hasta parecería una herramienta perfecta para “moldear la nueva realidad”, aunque es engañoso el envoltorio en tanto nos reconoce, aupa y envanece como “actores básicos para el cambio o develar la verdad”, aferrarse a la cual mutila la definición marxista del conocimiento que plantea: “el conocimiento no es el reflejo inerte, “fotográfico” de la realidad, sino un proceso dialéctico complejo, que se desarrolla por etapas ligadas entre sí y que se suceden las unas a las otras”, es sin más, “el conjunto de experiencias, sensaciones y reflexiones que conllevan al aprendizaje, a un proceso cognitivo que se desarrolla en la medida que obtenemos mayor información, bien sea anterior o no a la experiencia” (enfoque histórico-cultural).
Por tanto, “aquellos” párrafos “valientes y desafiantes” por sus cuestionamientos a la realidad –¿fotografiada en un momento exacto?– no ofrecen, en la llamada “blogosfera”, material suficiente para la crítica acertada y enriquecedora de un socialismo constantemente agredido en todos los planos (esencialmente el económico por su importancia) que intentamos encaminar hacia su fase superior y sí necesita de hombres y mujeres con vocación comunista, militando en el Partido Comunista de Cuba, amén de los débiles que se retractan en el camino o aquellos que “excepcionalmente” entran o salen según el viento.
En todo caso, aquellas propuestas solo refrendan (por el clásico beneficio de la duda, y rásguese la vestidura quien quiera) enfoques que los servicios de inteligencia norteamericanos diseñaron anticipadamente para los “entusiasmados y reconocidos” críticos de trincheras virtuales (muy de moda en estos tiempos).
“Aquellos”, contraproducentes y acientíficos, ofrecen “amable combustible” para acercar lectores a la “cálida y cómoda hoguera” de la crítica a ultranza, proceso costoso hasta en vidas humanas, que pierde seriedad y traiciona los principios éticos (políticos y científicos, entre otros) y también los espacios creados para la concertación, lanzando al ruedo de la manipulación a imberbes entusiasmados, pagados o no; aunque hay pagos que no se hacen con “cheques al portador” en tiempo real.
Téngase en cuenta, querido lector, algunas “inversiones ponen la vista en el futuro” y también contemplan, como retribución comprometida, “la vil acción de vilipendiar”, con ostentosa ingenuidad, al servicio del enemigo. Considérese también, que no son los cuatro… tiradores a las vidrieras que se ajustan más al decir de mi abuela: “candelitas de basurero”.
Para no errar –y por si algun lector “obligado” comienza a sentirse incómodo detrás de la pantalla– apliquemos un sencillo método de análisis vigente hasta nuestros días (y sigue siendo modelación). Guillermo de Ockham (1230-1349) plantea: “en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
(“…dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la Revolución se venga abajo…”)
*Algunos nos llaman “viles” por defender la Revolución… sin ingenuidad.