
Por: Grupo de editores de La Mala Palabra
Comienzan a circular unas misivas desde el lunes por plataformas y redes sociales que, entre sus enunciados, expresan: “Ante la posibilidad de un nuevo acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, nos dirigimos a ustedes para transmitir nuestras impresiones sobre este tema. Quienes suscribimos esta carta somos miembros de los diferentes sectores de la sociedad cubana, personas con distintas ideologías y posiciones políticas, pero movidos por el mismo anhelo de una Cuba democrática, próspera y respetuosa de todos los derechos para todas las personas”.
Por su parte, circula otro documento, escrito desde La Florida y acabado de salir a la luz, cuyo inicio reza: “Cuba Study Group es una organización sin fines de lucro y no partidista, integrada por líderes empresariales y jóvenes profesionales cubanoamericanos que comparten una visión de una Cuba libre, soberana, inclusiva y próspera, que brinde oportunidades a todos sus ciudadanos para que puedan alcanzar sus aspiraciones. Nuestro objetivo es poner al servicio del pueblo cubano nuestra experiencia colectiva en aptitudes de liderazgo, solución de problemas y generación de riqueza. Al ayudar a eliminar obstáculos, tanto externos como internos, procuramos facilitar el cambio, empoderar a los individuos, y promover el desarrollo de la sociedad civil en Cuba”.
La Mala Palabra (LMP) dede hace un tiempo viene esbozando en sus publicaciones la posibilidad del incremento tácito de las «acciones de intervención de nuevo tipo”, intelectualizadas y enrevesadas, con participación y asesoría foránea y/o desalineada de los genuinos intereses constitucionales del pueblo cubano, plegada a propósitos neoliberales e imperialistas con interés en la desestabilización y el derrocamiento de la Revolución, acciones diseñadas por el imperio y ejecutadas por esos grupos temerosos hoy de perder “los beneficios” de una política beligerante por 62 años: del negocio de la contrarrevolución.
Por tal motivo, los editores del órgano alternativo LMP – independiente en cuanto a una línea editorial “oficialista” y correspondiente con los intereses de la sociedad civil cubana-consideran la necesidad de esclarecer algunas ideas prevalecientes en ambos textos, que lejos de contribuir a la distensión entre ambos estados soberanos – en un momento histórico crucial de relaciones profundamente dañadas – intenta condicionar el proceso y para ello remover el manido caldo de cultivo que dé al traste con la voluntad de la mayoría del pueblo cubano.
En la medida en que las tensiones aumentan debido al presunto “deshielo” – entorpecido por el anterior presidente norteamericano que llevó el bloqueo a su máxima expresión – las matrices de intención internas y externas dejan de ser paralelas y pasan a manifestarse, en una especie de jugada engañosa y obcecada, que instaure en el imaginario la sensación de que la Revolución se encuentra al límite de un estadio culminante, con repercusión en la asimetría política, pensada más allá de equilibrios temporales esperados.
De tal manera LMP considera:
Que ambos documentos forman parte del tándem de “acciones de intervención de nuevo tipo” que ciernen incertidumbre sobre el proceso anunciado por Biden, y que ofrecen la posibilidad de revisar con “buena voluntad” la política de EEUU respecto a la isla. Ambos documentos esbozan el bienestar del pueblo cubano, sin embargo, la intencionalidad impropia de los temas contenidos no rebasan la perspectiva de más de 400 personas.
Que ambos documentos reconocen el bloqueo recrudecido y en plena posibilidad de afectar al pueblo cubano – considerando que pueblo somos todos. Ni un solo cubano escapa a los efectos múltiples del impacto sobre la seguridad alimentaria, la salud física y el bienestar mental, la educación, la disponibilidad de energía y cuantos tópicos influyan en el desenvolvimiento pleno de la vida, siendo la principal y más larga violación de los derechos humanos reconocida por la humanidad, sancionada desde el año 1992 por la Asamblea de Naciones Unidas en Pleno y mediante abrumadora mayoría.
Que el Estado cubano, independiente y soberano, de hecho y derecho, constituido a través de sus órganos (la Asamblea Nacional del Poder Popular como órgano con potestad constituyente y legislativa, el Presidente de la República, el Consejo de Estado, el Consejo de Ministros, en representación del pueblo) tiene la responsabilidad y obligación de garantizar la defensa legítima de la República de Cuba, constituida en su geografía por recursos de todo tipo y el pueblo que es en el que reside intransferiblemente la soberanía, y que tal responsabilidad no recae en ninguna de las minorías numéricas -imprecisas en el reconocimiento de su composición – que refrendan ambos documentos.
Que la política respecto a Cuba no puede seguir siendo secuestrada y dependiente de la influencia de grupos foráneos (autorreconocidos), radicados en la Florida, tampoco puede ser “moneda de cambio” entre partidos contendientes o intereses del lobby cubano en el congreso de los EEUU y cuantos procesos eleccionarios se desaten.
Que dada la composición del autorreconocido “Cuba Study Group” – de afiliación neoliberal – la propuesta es totalmente contraria a las líneas ideológica y económica refrendadas en la Constitución vigente y adoptada mediante referendo por el pueblo de Cuba.
Que ninguno de los documentos circulantes contempla posición alguna o exigencias al gobierno norteamericano respecto a la artera e ilegal posesión del territorio nacional en Guantánamo, centrando la línea discursiva en los efectos económicos y promoviendo de forma solapada el cambio político, con total desconocimiento de las causas históricas que dieron origen al brutal y genocida bloqueo.
Que cualquier acto de índole injerencista, descrito en ambos textos u otros asociados sean considerados una fragante intromisión en los asuntos internos de ambos estados soberanos y en plena capacidad de negociación.
Que las relaciones diplomáticas y de intercambio que establece Cuba -de acuerdo a los intereses nacionales -con otras naciones del orbe no son de incumbencia de los EEUU ni deben condicionar las relaciones en perspectiva. Cuba es una nación madura, agradecida, solidaria y altruista, no subordinada a intereses políticos foráneos.
Que cese de una vez la incitación al odio y el terrorismo desde la Florida, así como el financiamiento a la subversión interna proveniente de instituciones del gobierno norteamericano como la NED y la USAID y que las partidas financieras sean redireccionadas a facilitar el proceso de acercamiento respetuoso entre ambas naciones o en programas de salud inherentes a necesidades comunes, esencialmente para dar atención a niños que padecen cáncer u otras enfermedades crónicas y que el bloqueo no permite su adecuada atención. Sabemos que no habrá objeción por ninguna de las partes en tal sentido y que hasta los asalariados estarán de acuerdo con tan noble uso.
Que, si el gobierno de los EEUU reconoce como de valor la intencionalidad de algunas de las minorías beligerantes y promotoras del desencuentro, el pueblo cubano constituya y ponga en práctica su comisión conformada por la genuina sociedad civil cubana, en capacidad de exigir por el respeto de nuestra soberanía e intereses.
Que, llegado el caso, y por un posible desentendimiento espurio, influenciado por las citadas minorías, se haga efectiva la DEMANDA DEL PUEBLO DE CUBA AL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS POR DAÑOS HUMANOS, interpuesta en LA SALA DE LO CIVIL Y DE LO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL PROVINCIAL POPULAR DE LA CIUDAD DE LA HABANA.
El último párrafo del documento emitido desde “la otra orilla” plantea: “La urgencia del momento, agravada por las necesidades de Cuba en medio de la crisis económica más grave que ha enfrentado en una generación, exige una acción audaz”. LMP considera que no solo Cuba está urgida de cambios profundos, puntuales y audaces, sin condicionamientos para lograr las relaciones bilaterales, los EEUU —hoy más que en otro momento— también necesitan de la isla en materia de ciencia y sus resultados. Apremia el cambio de política hasta para los más altos exponentes de la beligerancia en la península norteña.
El citado documento termina haciendo un llamado a la normalización íntegra porque “no habrá otra oportunidad como esta por muchos años” para la isla. LMP agrega, la normalización no solo debe ser integra, también necesariamente responsable, respetuosa, acreedora de la consideración de la comunidad internacional, y aplaudida en el concierto de las Naciones Unidas como un acto civilizatorio de la democracia. EEUU tampoco tendrá otra oportunidad para demostrar madurez y ocupar, por su valor y voluntad, el lugar que considera le corresponde en los escenarios políticos y económicos internacionales. Cuba, para bien de la humanidad existe, se desarrolla y resiste.
LMP trae a colación uno de los pasajes más importantes de la cultura universal, convertido en referente para la humanidad: Narra la leyenda que Jesucristo se le apareció en el camino a Pedro mientras escapaba de Roma (año 64 DC). Al instante Pedro le pregunta ¿Quo vadis, Domine? Jesucristo le contestó que se dirigía a Roma para que lo crucificaran por segunda vez. San Pedro regresa a donde fue martirizado y crucificado hasta morir. La frase, escrita en latín significa ¿A dónde vas Señor? El pueblo de Cuba, fiel a sus convicciones, (y no hablamos de minorías genuflexas) tampoco teme al sacrificio de continuar defendiendo la dignidad plena del hombre, sin renunciar a la gloria que ha vivido.
En breve ocurrirán dos hechos trascendentales para Cuba y el hemisferio. La Cumbre de las Américas, esta vez bajo la responsabilidad de los EEUU y el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, ambos con repercusión en la vida del pueblo cubano.
Al primero, no debemos llegar presionados por la influencia de grupos o minorías interesadas en entorpecer lo que por “ley natural” corresponde, están dadas las condiciones como nunca antes para presentarnos al proceso político con la frente alta; al segundo evento debemos llevar de forma descarnada nuestras insatisfacciones y moldearlas con soluciones certeras. La economía y los métodos para desarrollarla estarán seguramente entre los tópicos fundamentales, por igual, la política de cuadros y especialmente la preparación para ejercer en condiciones no acostumbradas.
El reto es enorme, el tiempo, reducido. Hay mucho que atender y entender. No serán las victorias que se presentan ajenas al valor y sacrificio del pueblo de cubano.
#SomosFidel y nada impedirá sentarnos a reflexionar de a iguales junto al “hermano Biden”.
#LaMalaPalabra
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