✍️ Kamila Colarte y Félix Edmundo

El encuentro estaba pactado, existía la voluntad manifiesta, solo faltaba que «se alinearan los astros» y sucedió.
Tony Ávila, el intérprete, compositor y trovador, seguido por millones de cubanos, había prometido que iría a la peña de Son Trova*, grupo de la ENA, y cumplió; se presentó solo acompañado de su percusionista y, junto al grupo anfitrión, comenzaron a tejer la magia de la tarde.
Alan, director del grupo de músicos-estudiantes, había anhelado y luchado por este momento; allí estaba su ídolo y dueño de muchas de las canciones que interpreta Son Trova.
Entre canción y canción, se hilvanaban las palabras y los sentimientos, cuyo clímax se alcanzó cuando el trovador interpretó «Mi casa», secundado por los presentes…
¿Existe algo superior al clímax?
Si eso existe, entonces, ese momento superior llegó con «Cubas», calando en alma de todos en el lugar… porque, al final, «son muchas Cubas para un solo corazón, son muchas Cubas atrapando una ilusión»…

Tony Ávila contó de sí, de sus hijos, de la Cuba a la que canta, no habló de la Cuba linda, esa está ahí visible para todos, a esa no le canta, porque prefiere hacerlo a la otra, la que, Cuba al fin, también tiene sus feos, los que unos invisibilizan y otros edulcoran, sin que ninguno de esos bandos se apresten a luchar.
Eso, luchar por un sueño, es lo que hace Tony Ávila, no lo decía en sus palabras, sino en la traducción de sus actos y su ejemplo.
Él, licenciado en Filosofía e Historia, no habló de leyes o causas y efectos, no, él llegó allí con sus raíces y su orgullosa negritud, con su indudable, aunque por algunos impugnada, cubanía, para hacer estremecer, con su lírica y su verso, el alma de todos…
La Escuela cantaba y coreaba, la Patria cantaba y coreaba, la Patria… luchaba.
(*) Alam, Padilla, Kevin, Dayan, Lázaro y Kamila son los integrantes de Son Trova, el grupo de la ENA.