Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
No soy de los que amanece y da los buenos días y bendiciones en FB, algo recogido en el «manual de buenas costumbres de las redes», tampoco creo ser el único, y respeto a los que así lo hacen.
Solo sé que, como miles de mis amigos (también amigas para que no se me pongan sexistas), despierto a diario con los mismos deseos de luchar, en su verdadero significado y no el atribuido por los parias, para defender el terruño y es lo que trato de hacer, también me gustan las bromas y chistes, de los que me continúo riendo al solo recordarlos. Es lo que sucede con los eventos que te marcan cuando las emociones de su remembranza brotan en forma de risas cómplices (para que quienes te rodean no piensen que estás loco) o en esa lágrima que corre silenciosa (y escondes) al refrescar el dolor de una pérdida.
Estas líneas no llevan, quizá, un orden lógico, que tampoco busco, voy «pulgareando» sobre el teclado tal y como llegan y son resultado de la sensación de impotencia, esa que aplasta al soldado que por una lesión lo sacan de la trinchera, o la del maratonista que, por igual motivo, no alcanza la meta, cuando se sentía con fuerzas para culminar la carrera; no es la impotencia por no ganar, sino esa rabia ciega por no estar junto a los demás y que quema poderosamente cuando asumes que, en esa lesión, tienes parte de culpa; así me siento por el «receso obligado de 24 horas».
Un hermano me dijo y también lo comentó en una publicación: «Nos parten por esas cosas, es que como tenemos enemigos observando están atento a la más mínima posibilidad de denuncia… solo en grupos cerrados… no es facebok directamente, es un hijoeputa agazapado que denuncia», y así mismo sucede, es la consecuencia de poner la verdad y, también, el decoro, como apostilla frecuentemente ese buen amigo, por encima de necesidades, deseos e intereses personales.
Algunos pueden pensar que muchos de nosotros queremos hacernos visibles, una miseria humana cercana a la vanidad y el pavoneo, cuando la realidad es que deseamos hacer visible nuestro mensaje de fidelidad a los que nos trajeron hasta acá y hacerle saber al mundo que jamás claudicaremos.
Evito personalizar mi agradecimiento porque la memoria puede jugarte la mala pasada de olvidar algún nombre… y si de mencionar nombres se tratase, escojo dos: el de Raúl Gómez García por su ¡Ya estamos en combate!, que parafraseé como título de estas ideas, y el del José Martí que vivía en el alma del joven revolucionario que, en los últimos momentos de su vida, recitaba un fragmento de su poema «Reclamo del centenario», donde evocando al Apóstol decía: “Maestro, bajo tu frente enorme, en la profundidad perenne de tus sueños, se vislumbra el recuerdo de tus luchas de hombre; y en la angustia callada de este pueblo que es tuyo hay mil gemidos juntos clamándose en silencio”.
¡Gracias a todos por su apoyo!
*Editor de La Mala Palabra
Los mismos de siempre y las mismas razones de siempre hacer que desistamos de contar y hacer visibles la verdad de Cuba y del resto del mundo. Son realmente los que pagan los que creen mandar en un mundo que no es unipolar nada como pretenden hacer creer.Tenemos voces, manos e intelecto para seguir poniendo en las alturas a Cuba y si un «soldado» menos existiera nosotros pelearemos en su lugar, la sangre no llegará al Río parece esta vez pero aquí estamos Félix. Abrazo y seguimos.
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A propósito del “altercado” entre Felix Edmundo y Facebook propongo la siguiente reflexión. Estamos asistiendo a momentos muy convulsos, no solo en el “ámbito terrenal”. Las redes sociales, en su escenario virtual, están reactivas. Se contiende duro, a la par, son desplegados los arsenales ideológicos de las partes. Por un lado los cubanos y amigos de Cuba y su Revolución y por el otro la casta de apátridas esforzados en crear una atmósfera de tensión, conducente a un irresponsable desenlace que puede llegar a ser fatal.
Muchos conceptos se amplían y la batalla que antes era librada en el terreno real (geopolítico) lleva hoy otras maneras de interpretación. Las fronteras se han ampliado con el desarrollo de la tecnologías de la información y las comunicaciones, por ello no sólo el espacio es definido por accidentes geográficos (mares, ríos o cadenas montañosas por citar algunos) u otras líneas trazadas en el orden político a partir de una solución histórica.
La nación cubana ha adquirido una nueva dimensión, los límites alcanzan el terreno emocional e ideológico y se extienden al infinito en el orden cultural. Atemperado, ha surgido una nueva forma de guerrilla, milicia o ejército que combate en el terreno de las ideas, en el que las armas no huelen a pólvora y hierro engrasado sino a información. Es el escenario donde el conocimiento se convierte en la principal divisa y la inteligencia en garante del patriotismo y el honor.
El nuevo teatro de operaciones (Ciber teatro) adquiere una singular repercusión en la vida del país. Ha llegado entonces el momento de entrenar y desplegar tácticas y estrategias diversificadas en pos de la victoria. Es importante aprender a ganar espacios y no dejar ocupar los que nos pertenecen. Como factor interesante: el mando es horizontal y se alinean en “las filas”, sin distinción, todos aquellos seres pensantes que vibran por la causa (independencia, soberanía, socialismo, revolución).
El concepto de “yo soy Fidel” convierte a cada cibercubano en el principal responsable de lo que produce e impacta en la comunidad, asociados por temáticas, territorios o de forma integrada (intereses y necesidades). Como resultado ocurren victorias, también bajas, delaciones, traiciones y desidias. Por ello, es trascendental para la Cuba revolucionaria y socialista, posicionada en el ciberespacio, la tan necesaria unidad, al igual, la convocatoria perenne a la participación de lo más genuino de la intelectualidad, los profesionales, artistas, obreros y campesinos, de forma que lleguen a conformar una sólida red en el campo de las ideas, con soporte en los MB.
Habrá que trabajar duro, crear y ampliar nuevas formas de organización del pensamiento nacional que se complemente en los espacios que se desdeñen para generar información constante, crear y socializar, hasta llegar a mostrar nuestras satisfacciones y alegrías, a la par, la crítica oportuna que nos permita crecer. Para ello son necesarios más que recursos tecnológicos, recursos humanos preparados y comprometidos con el proyecto social, con un pensamiento articulado con los principios y valores que promueve la Revolución, donde cada participante tenga plena consciencia de su rol. Así quedarán protegidas “las fronteras” virtuales de forma atemporal, mientras tanto, se ríe y goza, se hace arte y se difunde (verdadero arte popular, alejado de elitismos anquilosamientos o favoritismos), donde todos tengan un espacio para mostrarse y mostrar de forma responsable, coherente y armónica si obra, la obra de la vida. De esta forma, quién contra nosotros?
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TODOS SOMOS FELIX EDMUNDO
Por: Javier López Fernández (opinión)
A propósito del “altercado” entre Félix Edmundo y Facebook propongo la siguiente reflexión. Estamos asistiendo a momentos convulsos, no solo en el “ámbito terrenal”. Las redes sociales, en su escenario virtual, están reactivas. Se contiende duro, a la par, se despliegan los arsenales ideológicos de las partes. Por un lado los cubanos y amigos de Cuba y su Revolución y por el otro la casta de apátridas esforzados en crear una atmósfera de tensión, conducente a un irresponsable desenlace que puede llegar a ser fatal.
Muchos conceptos se amplían y la batalla que antes era librada en el terreno real (geopolítico) lleva hoy otras maneras de interpretación. Las fronteras se han ampliado con el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, por ello, no sólo el espacio es definido por accidentes geográficos (mares, ríos o cadenas montañosas por citar algunos) u otras líneas trazadas en el orden político a partir de una solución o situación histórica.
La nación cubana ha adquirido una nueva dimensión, los límites alcanzan el terreno emocional e ideológico y se extienden al infinito en el orden cultural. Atemperado, ha surgido una nueva forma de guerrilla, milicia o ejército que combate en el terreno de las ideas, en el que las armas no huelen a pólvora y hierro engrasado, sino a información. Es el escenario donde el conocimiento se convierte en la principal divisa y la inteligencia en garante de patriotismo y honor.
El nuevo teatro de operaciones (Ciberteatro) adquiere una singular repercusión en la vida del país. Ha llegado el momento de entrenar y desplegar tácticas y estrategias en pos de la victoria. Es importante aprender a ganar espacios y no dejar ocupar los que nos pertenecen. Como factor interesante: el mando es horizontal y se alinean en “las filas”, sin distinción, todos aquellos seres pensantes que vibran por la causa (independencia, soberanía, socialismo, revolución) cubana.
El concepto de “yo soy Fidel” convierte a cada cibercubano en responsable de lo que produce e impacta en la comunidad, asociada por temáticas, territorios o de forma integrada (intereses y necesidades). Como resultado ocurren victorias, también bajas, delaciones, traiciones y desidias. Por ello, es trascendental para la Cuba revolucionaria y socialista, posicionada en el ciberespacio, la tan necesaria unidad, al igual, la convocatoria perenne a la participación de lo más genuino de la intelectualidad, profesionales, artistas, obreros y campesinos, de forma que lleguen a conformar una sólida red en el campo de las ideas.
Habrá que trabajar duro, crear y ampliar nuevas formas de organización del pensamiento que complemente los espacios que se diseñan para generar información, socializarla y debelar nuestras satisfacciones y alegrías, a la par, ejercer la crítica oportuna que permita crecer. Para ello son necesarios más que recursos tecnológicos, recursos humanos preparados y comprometidos con el proyecto social, con un pensamiento articulado a los principios y valores que promueve la Revolución, donde cada participante tenga plena consciencia de su rol.
Así quedarán protegidas “las fronteras” virtuales de forma intemporal, mientras tanto el cubano ríe y goza, hace arte y lo difunde (verdadero arte popular, alejado de elitismos, anquilosamientos o favoritismos). Sería el escenario ideal donde todos cuenten con un espacio para mostrarse y mostrar de forma responsable, coherente y armónica su obra, la obra de la vida. De esta forma ¿Quién contra nosotros?
#jlopezfdez
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