Por Félix Edmundo Díaz* @feddefe1917
Si damos una mirada al panorama regional podemos apreciar la paridera de traiciones que acontece en nuestros días, cuya máxima
expresión en el top ten es el Moreno, mal llamado Lenin.
Por ello deseo ratificar una premisa: la traición es un acto de voluntad o, dicho de otra manera, nadie traiciona sin quererlo o por imprudencia, de ahí que, en la práctica, resulte imposible aunar millones de voluntades para que asuman una posición que les será perjudicial a sí mismos.
Nadie nace traidor ni revolucionario, estas son actitudes ante la vida, cuyas consecuencias nos definen, mas debemos saber que la justificación, la tolerancia, el premio inmerecido y la complacencia solo aportan al individualismo y que la unidad es la premisa de nuestra supervivencia.
Siempre hubo, hay y habrá traidores, por suerte serán los menos…
Puedo asegurarles que esta, nuestra lucha cuerpo a cuerpo, será la batalla de ideas más épica de la historia de la humanidad, pero tenemos que afilar la puntería y con verdades trazadoras, por incendiarias que parezcan, debemos armar a nuestros jóvenes y enseñarlos a luchar por su país, por su nación, por su libertad y a morir si ello fuera preciso. Esto no es una utopía, es la esencia de nuestras raíces.
Por todo ello se vale aprender, porque nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
* Editor de La Mala Palabra.
LA MALA PALABRA 